Las cicatrices del paro juvenil

Desempleo

Las cicatrices del paro juvenil

Un estudio de Funcas abunda sobre las secuelas en la vida laboral adulta de la alta tasa de desempleo español antes de los 30 años.

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El desempleo juvenil en España genera efectos negativos persistentes en la vida laboral de los individuos. Es la principal conclusión de un nuevo estudio sobre las secuelas sociales de las elevadas tasas de paro entre los jóvenes españoles realizado por Funcas.

El centro de estudios pone números al “círculo vicioso” que atrapa a muchos menores de 25 años en España (segundo páis de la UE con más paro entre los jóvenes) bajo un esquema de “no tengo empleo o lo tengo de pésima calidad, con lo cual no puedo adquirir experiencia suficiente y adecuada para tener un buen empleo y, en consecuencia, o no tengo empleo o solo lo tengo de mala calidad”. Esa dinámica no tiene efectos temporales finitos sino que “genera cicatrices profundas en la trayectoria profesional” de estas personas cuando dejan de ser jóvenes.

A través de los de datos de la Muestra continua de vidas laborales, el estudio constata que aquellos trabajadores que pasaron más de seis meses desempleados antes de cumplir los 30 años tienen más probabilidad de sufrir la falta de trabajo durante el resto de su vida laboral.

Con el seguimiento de los patrones laborales de casi 440.000 individuos entre 2005 y 2012, tres investigadoras encuentran que hasta el 46% de los individuos con menores competencias sufrieron desempleo antes de 30, con una longitud superior a los tres años. Ese porcentaje fue del 21% para los de mayor formación. Los datos también evidencian que las mujeres de la muestra sufrieron en mayor proporción que los hombres episodios de desempleo juvenil y que, dichos episodios, fueron de mayor longitud.

El modelo matemático del estudio concluye que el efecto del paro juvenil sobre la vida laboral adulta es de mayor magnitud cuanto mayor es el periodo de desempleo: sufrir más de 36 meses de desempleo antes de los 30 eleva 20 puntos de media la probabilidad de sufrir la falta de trabajo respecto a los que no vivieron el paro cuando eran jóvenes. Esa diferencia cae hasta los 2 puntos si el periodo de desempleo juvenil era de hasta medio año.

“Cabe destacar que las variables que indican los episodios de desempleo sufridos en la edad juvenil y su longitud, tienen un impacto positivo y estadísticamente significativo sobre la proporción de días desempleados en la edad adulta y que ese impacto es creciente con la longitud de los episodios de desempleo”.

“En definitiva, los resultados empíricos obtenidos sugieren que en España existe un efecto scarring (cicatriz) del desempleo juvenil”, asevera el laboratorio de ideas.

Estudios previos

Hasta el momento existen bastantes referencias internacionales sobre este efecto “cicatrices” en los jóvenes y pocas en España: una de ellas estudió el efecto del paro a largo plazo en hombres jóvenes que se incorporaron al mercado laboral tras las recesiones económicas de 1984 y 1993, “encontrando en ambos casos evidencia de la existencia de un efecto negativo del desempleo juvenil sobre los salarios”.

Una segunda investigación relacionada describió en 2017 los efectos de graduarse durante una recesión en España: una disminución salarial a lo largo de la vida profesional mayor y más persistente incluso que en los individuos sin estudios universitarios.

“Comparando sus resultados con los obtenidos para otros países, se observa que las pérdidas salariales de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral cuando existen altas tasas de desempleo son mayores en España que los encontrados para Canadá, o para EE.UU”.

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