El ‘negro’ futuro de la universidad pública si continúa la infrafinanciación

Educación

El ‘negro’ futuro de la universidad pública si continúa la infrafinanciación

CSIF pide recuperar la financiación previa a la crisis para no “cronificar” la fuga de cerebros, detener la pérdida de empleos y asegurar la viabilidad del sistema.

Aula de una universidad

El sindicato CSIF reclama al Gobierno y a las comunidades autónomas un esfuerzo para que las diferentes universidades públicas recuperen la financiación previa a los recortes realizados durante la crisis económica. Una petición que realiza justo ahora que las universidades están ultimando estos días sus presupuestos para 2018, después del alertar del riesgo que supone para el futuro del sistema universitario español continuar con esta “infrafinanciación”.

La organización sindical entiende que se deben aprovechar los indicadores positivos sobre la evolución de la economía española para aumentar la financiación a la universidad pública teniendo en cuenta que “en la actualidad, España sólo dedica a la educación superior el 1,3% del Producto Interior Bruto frente al 1,5% del PIB de la Unión Europea o el 1,6% del PIB de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”.

Recuerda el sindicato que el sistema universitario español se nutre en torno a un 85% de recursos públicos por lo que de no incrementarse la inversión -vía Presupuestos autonómicos y Presupuesto General del Estado-, “empezaría a hacerse inviable ya que la financiación pública de las universidades, según el Public Funding Observatory de la European University Association 2017, cayó en España un 16% entre 2008 y 2016”.

Hacen notar CSIF que “según las últimas estadísticas publicadas por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), la mayoría de los países han priorizado el gasto público en educación superior, incluso habiendo registrado niveles de retroceso del PIB similares al de España” y recalca que “desde el 2008 en España la desinversión pública en universidades ha disminuido más que el PIB”. Y la consecuencia inmediata ha sido el incremento de la brecha entre países europeos en financiación pública de sus universidades.

Previsiones pesimistas

Las previsiones de CSIF son pesimistas, ya que alerta que “los continuos recortes desde hace años a la educación superior y a la I+D presentan patrones agravantes y nos ponen en riesgo de cronificar la fuga de cerebros, desmantelar punteros equipos de investigación y perder una década vital para el progreso, la competitividad y la sociedad del conocimiento”.

Reconoce que «tras años de recortes, por fin España aumentó los fondos para universidades en 2016 y 2017 con un aumento estimado del 5,10% en términos nominales”, lo que no impide que “a día de hoy seguimos en números rojos ya que el volumen de inversión en educación superior del pasado curso (7.227.915.544 €) sigue siendo inferior al de 2008 (8.879.362.459 €)”. Un escenario complicado para incrementar las becas públicas o reducir el precio de los másteres universitarios para hacerlos coincidentes con los de los grados.

Durante la crisis, Europa incrementó el gasto por estudiante de educación superior en un 6% mientras que España lo redujo en un 11% .

Avisa CSIF que esta situación de infrafinanciación dilatada en el tiempo cronifica la brecha del gasto educativo, existiendo diferencias significativas en el nivel de financiación pública de cada región y presentando situaciones disparatadas como el caso del Gobierno de García Page cuya contribución en los Presupuestos del 2018 no llega a cubrir los gastos del personal de la Universidad de Castilla-La Mancha. Recordando que el 94’6% de la financiación de las universidades públicas depende de las comunidades autónomas.

Además, analizando la serie histórica queda claro que los recortes en la financiación sobrepasan el ligero declive del número de estudiantes experimentado durante la crisis, pasando de 1.299.665 en 2008 a 1.276.681 en 2017.

Por último, CSIF denuncia que el mantenimiento continuado de estos recortes ha afectado también al empleo en las universidades, registrando una pérdida de 7.108 trabajadores (-7%) entre personal docente e investigador y personal de administración y servicios entre los cursos 2008/09 y 2016/17.

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