Premio Fundación BBVA para los padres de la criptografía moderna

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Premio Fundación BBVA para los padres de la criptografía moderna

Los premiados son los matemáticos Shafi Goldwasser, Silvio Micali, Ronald Rivest y Adi Shamir.

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Los matemáticos Shafi Goldwasser, Silvio Micali, Ronald Rivest y Adi Shamir han ganado el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de este año en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación. Estos cuatro investigadores han sentado las bases del campo de la criptografía, que tiene un impacto enorme en multitud de ámbitos cotidianos de la era digital: desde el uso del correo electrónico o las redes sociales, hasta las compras on line y las transacciones financieras.

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación, en su décima edición, ha sido concedido a Shafi Goldwasser, Silvio Micali, Ronald Rivest y Adi Shamir por sus “contribuciones fundamentales a la criptología moderna, un área con un tremendo impacto en nuestra vida cotidiana”, según señala el acta del jurado.

Sus investigaciones han hecho posible la transmisión segura de información electrónica, en ámbitos que abarcan desde el correo electrónico hasta las transacciones financieras. Además, han sentado las bases de desarrollos como la firma digital, la llamada tecnología blockchain (cadena de bloques) y las criptomonedas, como el bitcoin, en las que siguen interesados los cuatro galardonados.

“Cada vez que accedemos a las redes sociales, hacemos compras on line, votamos o firmamos electrónicamente recurrimos a la tecnología desarrollada a partir de la investigación de Goldwasser, Micali, Rivest y Shamir”, destaca el jurado.

En 1978, Adi Shamir (Tel Aviv – Israel, 1952) y Ronald Rivest (Schenectady – EEUU, 1947) crearon junto a Leonard Adleman el algoritmo RSA (siglas que corresponden a sus apellidos), que fue el primero de los protocolos seguros que definen la criptografía moderna.

RSA es un sistema de encriptación llamado ‘de clave pública’ porque cada interlocutor tiene dos claves: una pública, que se usa para encriptar el mensaje, y otra que solo conoce el receptor. El proceso de encriptación se basa en un problema matemático imposible de resolver con los ordenadores actuales –en este caso, la factorización de un número con muchos dígitos–, a menos que se tenga la clave personal.

Shamir y Rivest, que hoy trabajan respectivamente en el Weizmann Institute, en Israel, y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en EEUU, institución donde alcanzaron juntos su primer logro.

Por entonces Goldwasser (Nueva York – EE UU, 1958) estudiaba en la Universidad de Carnegie Mellon en EEUU, y Micali (Palermo – Italia, 1954) en la Universidad La Sapienza, en Roma. Poco más tarde, en 1982, ambos coincidirían como doctorandos en la Universidad de California en Berkeley (EEUU) e iniciarían una colaboración que acabaría sentando las bases teóricas del área. En concreto, ambos desarrollaron la demostración matemática de que un método de encriptación es de verdad indescifrable.

Seguridad y mucho más

Tras esas contribuciones iniciales, Goldwasser y Micali “han ampliado el alcance de la criptografía más allá de su objetivo tradicional de garantizar la seguridad de las comunicaciones” –señala el acta– con desarrollos que han contribuido al florecimiento de la sociedad digital, al permitir colaborar y compartir información o realizar transacciones comerciales sin renunciar a la seguridad.

Por ejemplo, ambos han contribuido a desarrollar (junto a Charles Rackoff) la llamada ‘prueba de conocimiento cero’, que demuestra que es posible convencer al interlocutor de la veracidad de algo, pero sin mostrar ese algo. Se trata de un algoritmo esencial presente en un amplio abanico de aplicaciones desde los procesos de autenticación on line en tu banco o en las redes sociales, por ejemplo, hasta el uso de los bitcoins.

Goldwass recuerda que las herramientas criptográficas actuales permiten hacer compatible la protección de la privacidad de los ciudadanos con la seguridad, y destaca el gran potencial del área: “Existen métodos de criptografía eficaces que no se están utilizando todavía. Las empresas informáticas deberían trabajar más para construir sistemas que apliquen las ideas maravillosas que hemos desarrollado en el campo de la criptografía y que todavía no se han implementado”.

Por su parte, Rivest y Shamir también han seguido haciendo valiosas contribuciones a la criptografía a lo largo de cuarenta años. El primero ha creado un algoritmo que permite comprobar que un determinado archivo (por ejemplo descargado de la web) no ha sido modificado, y Shamir ha desarrollado el área del criptoanálisis diferencial, que se ocupa de cómo desencriptar códigos.

Ayer, tras conocer la concesión del premio, Rivest insistió: “En la actualidad, cada vez que realizamos una compra on line, la seguridad de la transacción está basada en nuestra tecnología de encriptación, y es gracias a ella que podemos confiar en que estamos hablando con Amazon, por ejemplo, y viceversa».

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