Las acusaciones de Rato caen en saco roto en el PP

Rato y el PP

Las acusaciones de Rato caen en saco roto en el PP

Silencio en las filas del Ejecutivo ante las palabras del expresidente de Bankia, que cargó contra varios ministros en su comparecencia en el Congreso.

Rodrigo Rato

No entrar al trapo. Esta parece ser la consigna que existe en las filas del PP y del Gobierno ante las duras acusaciones vertidas por Rodrigo Rato en su comparecencia en el Congreso, en la que cargó contra varios ministros. Los populares han rechazado entrar en un ‘cara a cara’ con el expresidente de Bankia y aseguran que lo que dijo no es más que una manera de defenderse ante su situación judicial.

“El PP no va a entrar en las valoraciones de ningún compareciente, tampoco del señor Rato, que lo ha sido todo dentro el Partido Popular”, afirmaba el coordinador general de la formación, Fernando Martínez-Maillo, este miércoles en los pasillos de la Cámara baja. En su opinión, las palabras del exvicepresidente del Gobierno “están bañadas de muy poca autocrítica y de mucho ejercicio de defensa propia ante los procedimientos judiciales” en los que está inmerso.

En resumen, Gobierno y PP están evitando de todas las maneras posibles echar más leña en la polémica desatada por Rato. Así, uno de los principales señalados por el expresidente de Bankia en la caída de la entidad, como es el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha hecho oídos sordos. “No voy a entrar en ningún tipo de debate ni en ningún tipo de polémica”, respondía tras conocerse las acusaciones del que fuera vicepresidente económico con José María Aznar.

Guindos se ha limitado a defender que “lo único importante es que hoy Bankia es seguramente el banco más solvente de España, tiene una gestión profesional y esa gestión evidentemente está produciendo y ha producido ya muchos resultados”. La entidad “compite, está bien gestionada y no tiene ningún tipo de interferencia política, ustedes comparen”, remarcó, según recoge Europa Press.

Otros compañeros de Gobierno señalados también por Rato, como Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Báñez, Rafael Catalá o Cristóbal Montoro, ni siquiera han respondido públicamente a las acusaciones. Respecto a la vicepresidenta del Ejecutivo, el que fuera máximo responsable del FMI insinuó que fue ella la que avisó a los medios de comunicación para que fotografiaran su detención.

“Los medios están en la puerta de mi casa antes de la llegada de la Policía”, ha dicho Rato estos días en un entrevista en Intereconomía, en la que ha desvelado que los medios le dijeron que “les avisaron de Moncloa, del entorno de la Vicepresidenta”. Un supuesto chivatazo con un objetivo: “Hacerme un traje, un perjuicio gravísimo”.

Rato, en su comparecencia en el Congreso, acusó además al Gobierno de Mariano Rajoy de orquestar una maniobra en su contra para meterlo en prisión. “Me detienen en mi casa delante de mis hijos y mis vecinos el 16 de abril de 2015”, explicó Rato, que era acusado de alzamiento de bienes y delito fiscal en base a una denuncia de la Agencia Tributaria. El día de antes, el 15 de abril a las 9 horas, recordó, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, “cuenta mis datos fiscales” en un programa de Televisión Española.

“¿Cómo puede saberlos? Es una pregunta que todavía no he sido capaz de contestar”, reconoció Rato, que destacó que el 14 de abril era el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el que hablaba sobre su situación tributaria en el Congreso, aunque “con más habilidad” que Catalá.

Un día antes el diario digital Voz Pópuli publicaba una información que apuntaba que el Servicio contra el Blanqueo de Capitales, dependiente de Economía, le estaba investigando. El periodista autor de esa noticia, remarcó el propio Rato, se había reunido la semana anterior con Guindos.

Asimismo, entre febrero y marzo de 2015 el expresidente de Bankia fue alertado por tres personas (“un director de un medio, un articulista y un ex alto cargo del PP”) de que “el Gobierno quería meterme en la cárcel”. Pero aquí no queda la cosa. A todo esto hay que sumar que, según Rato, a principios de febrero la ministra de Empleo, Fátima Báñez, le dijo a su secretaria “que se fuera separando de mí” porque iba a tener problemas “con mis declaraciones a Hacienda”.

Unas acusaciones ante las que Rajoy ha impuesto silencio, a la espera de que el temporal pase y otras cuestiones, como Cataluña, vuelvan a copar la atención mediática.

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