Dominguín y patatas a la Habanera

Cuba

Dominguín y patatas a la Habanera

No hay descanso para el mercado negro, ese mal que ha hecho metástasis y prosigue proponiéndose estrangular a nuestra maltrecha economía…

Cuba La Habana Che Guevara tienda

Es que tengo que contarlo, como acuñó el legendario Dominguín una vez terminada la lidia horizontal con la famosa Ava Gardner. Dicen que saltó de la cama a toda velocidad ante el asombro de la actriz que le inquirió por qué tanta premura al vestirse, y el otro le respondió que tenía prisas porque debía contárselo a sus amigos, que no le iban a creer.

Tocan al timbre de la casa en las primeras horas de la mañana para ofrecer bolsas de patatas que no alcanzaban los dos kilos de peso.

-Fíjese que son canadienses, a 2,50 cuc (unos dos euros) la “jabita”.

Amanecer de buen humor es un privilegio en Cuba. Le pregunto entonces.

-¿El salmón viene con ellas también?

La otra se queda en dudas.

– ¿Y eso que es?

-Pescado, eso es pescado…

En lo más parecido a un acto solemne, como jurando con la mano sobre una Biblia, la mujer confirmó sin reparo alguno:

-Por la tarde te lo traigo.

No hay descanso para el mercado negro, ese mal que ha hecho metástasis y prosigue proponiéndose estrangular a nuestra maltrecha economía…

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