Los emigrados españoles que «no siempre vuelven» por Navidad

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Los emigrados españoles que «no siempre vuelven» por Navidad

Una campaña de Marea Granate recuerda al Gobierno que sus planes para el retorno de jóvenes que salieron del país tras la crisis han fracasado.

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Es Nochebuena. Un joven con un gorro de Papá Noel muerde una tableta de chocolate tras el mostrador de un hotel y desea merry Christmas a cada cliente que pasa. Una chica entrega trajes de fiesta a sus dueños en una lavandería. Luego toma unas cervezas con una familia compuesta por otros jóvenes como ella, también emigrados. Son los protagonistas de la campaña con la que Marea Granate denuncia que “No todos volvemos” por Navidad.

La red trasnacional de españoles de emigrantes del Estado español critica que el Gobierno ha pasado de negar el fenómeno de la emigración masiva de jóvenes por falta de oportunidades laborales a “vender un retorno que no existe”. Los últimos datos sobre saldo migratorio indican que las salidas han vuelto a aumentar: “El estallido de la mal llamada crisis y las políticas de recortes han provocado la migración de cientos de miles de personas, se estima que unos dos millones de ellas extranjeras que estaban establecidas en nuestro país, y un número indeterminado y no exento de polémica de personas de nacionalidad española», calculan.

El debate sobre los números radica en que los registros consulares reflejan oficialmente más de un millón de inscripciones de nacionales en el extranjero, pero diversas fuentes y organismos como CSIC, Injuve o la propia Marea Granate llevan tiempo encontrando cifras de emigración mayores. “Esta dificultad para evaluar con exactitud el número de migrantes ha servido continuamente al Gobierno para dar un mensaje sesgado, cuando no negacionista, de la realidad migratoria: lo que no se ve no existe”, critica el colectivo.

La novedad, según esta ‘marea’, es que “el Gobierno ha dado un giro completo en su argumentario sobre emigración, alegando que no solo no nos vamos, sino que estamos retornando (curioso retorno de quienes nunca se fueron)”. Y critican que la propia ministra de Empleo, Fátima Báñez, usa como cifras de retorno las llegadas de españoles en 2016, «olvidando el número mucho mayor de salidas desde España en ese mismo año, vendiendo como saldo migratorio total a los 190.000 españoles y españolas que habían regresado a nuestro país”.

La plataforma denuncia en cambio que “el balance neto real es un saldo negativo (más salidas que llegadas) de -169.000 mil personas: una emigración mantenida y cronificada que se refleja, por ejemplo, en el incremento constante de inscripciones en el Padrón de Españoles Residentes en el Exterior, que sigue aumentando de manera progresiva desde que empezó la crisis”, así como en el incremento de los nacimientos de españoles y españolas en el exterior.

Además, consideran que los medios de comunicación se suman a la estrategia del Gobierno anunciando “a bombo y platillo” dinámicas de retorno asociadas al discurso de “la recuperación económica”: “Mejora la macroeconomía, baja el paro y los emigrantes regresan. El mensaje es que la emigración es agua pasada, y no hay ni una sola mención a todas las personas que siguen saliendo del país o que ven negado su regreso debido a las precarias condiciones que ofrece nuestro país”, denuncian.

Los “falsos” mitos del talento y el emprendimiento

El colectivo identifica otras vías para enmascarar la falta de oportunidades laborales entre los jóvenes y personas emigradas. Por ejemplo, impulsar a esta bolsa de población hacia «el famoso emprendimiento, a través de numerosas iniciativas y programas financiados por el Ministerio de Empleo y la Dirección General de Migraciones”.

“Desde terminología específica (como los “expat-preneurs”) a toda una serie de apoyos económicos y mediáticos institucionales como guías para emprendedores, ayudas al emprendimiento de jóvenes, artículos en portales sostenidos con financiación pública, -algunos de ellos intentando captar a la emigración y su descendencia para el autoempleo-, ayudas específicas para retornados emprendedores y hasta una promoción audiovisual de Emprendedores Españoles por el Mundo”, expone la red.

Consideran que se trata de “una estrategia netamente empresarial que viene acompañada de destrucción de empleo público” que, a su vez, es otra de las causas de que la emigración aumente por la salida de profesionales en los ámbitos de sanidad, educación o investigación, entre otros.

“Así, sólo entre 2012 y 2016 la Administración pública perdía casi 170.000 empleos; si se amplía el ámbito a empresas públicas, la cifra asciende a más de 370.000 empleos destruidos entre 2011 y 2013. En sólo dos años (2012-2014), la educación pública perdió 24.000 profesores/as, destruyendo empleo a un ritmo de unos 10.000 al año. Nuestro país ha perdido también 12.000 científicas/os desde 2010, y la sanidad pública ha sido, también y especialmente, afectada: en 2013 se contabilizaban más de 53.000 trabajadores/as que habían perdido su puesto en los dos años anteriores, por ejemplo”, enumera Marea Granate.

“Todo esto sin contabilizar la gran cantidad de personas emigradas que ni siquiera habían llegado a poder incorporarse al mercado laboral español y que se han visto directamente obligadas a buscar medio de sustento en el extranjero”, añaden.

La otra gran crítica que hacen a la estrategia del Gobierno es la del culto “al talento”, que consideran “la enésima visión neoliberal de la emigración”. “El debate público sobre la nueva ola migratoria española y la falta de oportunidades ha lanzado también a administraciones regionales y locales a una serie de iniciativas estratégicas de cara al empleo, en ocasiones orientadas a determinados sectores considerados “estratégicos” (como el de la investigación)», explican.

«Lamentablemente, el enfoque neoliberal no ha escapado a estos planes de retornos, con el discurso vacío recurrente del talento juvenil», denuncian. Consideran que “al sempiterno uso censitario de la juventud para referirse a la emigración española (más grave aún cuando se trata de diseñar estrategias de retorno que deberían ser un derecho de toda la población sin exclusión alguna) se le añade el concepto de talento, implícitamente asociado a alta formación académica sin mención expresa al respecto, para seguir limitando el margen de acción en el que se aplican ciertas políticas y ayudas», expresa Marea Granate.

En este sentido, el colectivo enumera la gran cantidad de iniciativas públicas y en medios de comunicación que cada región española ha puesto en marcha bajo esa idea de la excelencia y la atracción del talento. “Cabría preguntar a nuestras autoridades qué se considera talento, cómo se detecta y cuantifica y en base a qué calculan el valor de las personas. O cómo justifican que esta medida sobrepase derechos fundamentales, como podría ser el derecho a la reagrupación familiar. Más allá del elitismo y clasismo asociado a este discurso, se trata de políticas de selección de flujos migratorios y externalización de la pobreza”, concluyen.

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