El fin del aguirrismo: Cifuentes gana la guerra de sucesión en el PP de Madrid

Especial 26 Aniversario

El fin del aguirrismo: Cifuentes gana la guerra de sucesión en el PP de Madrid

Aguirre empezó a irse en septiembre de 2012, se marchó un poquito más en 2016 y se fue del todo en abril de este año.

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre montando en bici

Esperanza Aguirre empezó a irse en septiembre de 2012, se marchó un poquito más en 2016 -cuando abandonó la presidencia del PP de Madrid- y se fue del todo en abril de este año cuando la Operación Lezo llevó a Ignacio González a la cárcel, concluyendo así sus 35 años dedicada a la política.

El ‘aguirrismo’ cerró su último capítulo de momento –porque con la lideresa nunca se sabe- el 24 de abril de este año cuando Aguirre dejó sus cargos en el Ayuntamiento de Madrid, donde era portavoz y concejal- tras asegurar que se sentía “engañada” y “traicionada” por Ignacio González. Y lo hizo cinco días después de la detención del que fuera su mano derecha y sólo horas antes de que éste fuera encarcelado.

Pero no el único paso atrás dado por Esperanza Aguirre. La primera vez fue en septiembre de 2012 cuando, por sorpresa y entre lágrimas, dimitió como presidenta de la Comunidad de Madrid y como diputada por el PP en el Parlamento autonómico y anunció su retirada de la primera línea de la política. Una renuncia para la que argumentó motivos personales y de salud -en alusión al cáncer de mama que le detectaron en febrero de 2011-y tras la cual dejó la presidencia en manos de su ‘delfín’ Ignacio González.

Pero este abandono de Aguirre de la primera línea, por lo menos de la mediática, fue muy breve y sólo cuatro meses después de renunciar a su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid -y aprovechando la repercusión que tuvo su paso a empresa privada que coincidió con el escándalo del caso Bárcenas- la lideresa volvió a formar parte de la crónica política con una sobreexposición en los medios de comunicación en los que representó un nuevo papel, que no fue muy bien recibido en las filas popular: el de regeneradora del PP y ‘paladín’ de la lucha contra la corrupción.

Su segunda dimisión fue como presidenta del PP madrileño y llegó el 14 de febrero de 2015, en esta ocasión tras la imputación por supuesta corrupción de su ‘mano izquierda, Francisco Granados. Aguirre arguyó “responsabilidad política in vigilando” tras la imputación de Granados y otros altos cargos del PP de Madrid en la trama Púnica.

Sin embargo, Aguirre no pudo mantenerse alejada mucho tiempo de la política y tras anunciar Ana Botella su intención de no presentarse a las municipales de 2015, se ofreció al PP como candidata a la Alcaldía de Madrid lo que el partido aceptó, quizá para reducir la tensión que había provocado entre Rajoy y Aguirre el veto impuesto a la candidatura de Ignacio González para la Comunidad en favor de Cristina Cifuentes.

Fuera como fuera, Aguirre logró su sueño de aspirar a la Alcaldía madrileña aunque finalmente no pudo cumplirlo ya que aunque ganó a Manuela Carmena en número de votos perdió la mayoría absoluta. El PP obtuvo 21 concejales y Ahora Madrid, 20, con lo que Carmena se convirtió en alcaldesa gracias al apoyo de los socialistas y se hizo con el bastón de mando de la capital tras 24 años de gobiernos del PP.

Aguirre, por su parte, trató de digerir la derrota convirtiéndose en el azote de la nueva regidora hasta que la imputación de Ignacio González se la llevó por delante. Aunque puede ser que esto no sea lo peor que le pase a la exlideresa por culpa del caso Lezo ya que Carlos Yáñez -el fiscal que llevaba el caso- ha pedido investigar a Aguirre por prevaricación y malversación de fondos públicos en la construcción de un campo de Golf en pleno centro de Madrid, lo que sería la primera imputación de Esperanza Aguirre en un caso de corrupción.

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