El año 2018 será favorable para la renta variable, en especial, para la europea que aún está lejos de sus máximos a diferencia de la estadounidense. Esta es una de las claves incluidas en la Estrategia de Inversión de Renta 4 para el año próximo, presentada esta mañana en Madrid por su presidente, Juan Carlos Ureta, y por Natalia Aguirre, directora de Análisis. La directora de Análisis de la entidad destacó la escasa volatilidad que ha habido durante 2017 debido a los estímulos de los bancos centrales, un escenario que previsiblemente cambiará a lo largo de 2018 cuando se vayan normalizando gradualmente las políticas monetarias, con la Fed a la cabeza. Esto puede generar incrementos de volatilidad que propicien puntos de entrada en las bolsas.
En este caso, recomienda mejor Europa que Estados Unidos, entre otras cosas, por el apoyo del BCE -no esperan la primera subida de tipos hasta marzo de 2019-, por el mayor potencial de recuperación de los resultados y por unas valoraciones más atractivas. En el caso de España, las estimaciones de Renta 4 apuntan a que el Ibex 35 alcanzará los 11.050 puntos el próximo año, lo que supone casi un 8% de revalorización respecto al cierre de ayer.
Este objetivo a un año se sostiene sobre un escenario base con crecimiento económico moderado, aunque en niveles sólidos, tipos bajos en términos históricos y una mejora de los beneficios empresariales del 9%.
En base a esto, Renta 4 coloca en su cartera de ‘cinco grandes’ a Repsol, Santander, Dia, Cellnex y Acerinox. A estos valores se suman Liberbank, BME, Ferrovial, IAG e Iberdrola. En este sentido, Aguirre aclaró que la estrategia de recomendaciones de Renta 4 se basa siempre en fundamentales y no en función de los movimientos corporativos, por ello apuesta por analizar valor por valor y no por sectores. Asimismo, aconseja a los accionistas optar siempre por el pago en efectivo y no por el scrip dividend.
En cuanto a los riesgos que podrían afectar a los mercados en 2018, la estrategia de Renta 4 apunta, por un lado, a aquellos relacionados con la política. En el caso de España, la crisis catalana, aunque la entidad no espera que se agrave dado que la vía de la unilateralidad se ha demostrado que no funciona. En Europa, las citas electorales en Italia y Suecia y las negociaciones del Brexit. En cuanto a EEUU, la principal amenaza continúan siendo las políticas proteccionistas de Donald Trump.
Respecto a la política monetaria, el principal riesgo se encuentra en la subida excesiva de los tipos de interés como respuesta de los bancos centrales ante un ‘shock de inflación’ que podría venir determinado por el alza de los precios del petróleo. También supondría una amenaza la desaceleración del ciclo económico global y, en términos geopolíticos, la situación de Oriente Medio.
