La antigua cúpula de Caixanova vuelve al banquillo de la Audiencia Nacional

Justicia

La antigua cúpula de Caixanova vuelve al banquillo de la Audiencia Nacional

El juez De la Mata investiga créditos y préstamos hipotecarios por importe cercano a los 135 millones a una promotora viguesa para la compra de la conservera Bernardo Alfageme.

Audiencia Nacional

La antigua cúpula de Caixanova, la caja que se unió a Caixa Galicia para conformar la rescatada Novagalicia– vuelve a sentarse en el banquillo, esta vez por otorgar créditos y préstamos hipotecarios por importe cercano a los 135 millones de euros a una promotora viguesa para la compra de la conservera Bernardo Alfageme en 2005.

El magistrado de la Audiencia Nacional José de la Mata ha abierto diligencias contra un total de ocho personas, entre ellos expresidente de la caja Julio Fernández Gayoso y los ejecutivos Gregorio Gorriarán y José Luis Pego, a los que atribuye delitos de administración desleal y blanqueo de capitales

Gayoso, Pego y Gorriarán ya fueron condenados por la Audiencia Nacional a dos años de cárcel por el cobro de indemnizaciones millonarias que se concedieron a sí mismos antes de abandonar la entidad. Gayoso salió de prisión el pasado verano a cambio de realizar de colaborar de forma altruista y sin contraprestación económica con la Fundación Asociación Érguete Integración, mientras que los otros dos se encuentran en régimen de semilibertad desde hace apenas dos semanas.

Según el nuevo auto judicial, en otoño de 2005 los investigados visitaron al también investigado Juan Lago Pérez, administrador de Promalar, y le propusieron otorgarle financiación para que comprara Alfageme, dado que tenían intereses en la misma Guillermo Alonso Jáudenes (ya fallecido) y Fernando García, expresidente y exconsejero de la caja gallega, respectivamente.

El juez De la Mata cree que los máximos gestores de Caixanova “querían beneficiar económicamente” a los accionistas de Bernardo Alfageme facilitando su salida de la sociedad en perjuicio de la entidad financiera, para lo que habrían simulado contratos que ocultaban la verdadera finalidad de financiación a Promalar, que acabó entrando en quiebra tras la adquisición de la conservera.

Entre 2005 y 2009 se llevaron a cabo cuatro operaciones; las dos primeras consistieron en un préstamo hipotecario de 60 millones de euros y un crédito de la misma cantidad. En 2007 se concedió un nuevo préstamo hipotecario de 9,25 millones de euros y dos años después concedieron una póliza de crédito de 5 millones de euros.

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