Las regiones que piden más financiación perdonaron hasta 2.300 millones en Patrimonio y Sucesiones

Financiación autonómica

Las regiones que piden más financiación perdonaron hasta 2.300 millones en Patrimonio y Sucesiones

Cataluña sufre una “merma” de 855 millones en su recaudación anual por bonificar el Impuesto de Sucesiones y Madrid de unos 660 millones al año por no gravar el Patrimonio

Cristobal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública

Con el melón de la reforma de la financiación autonómica desparramado sobre el tablero político y el aderezo extra de la cuestión catalana queda patente que hay infinidad de posibilidades para mejorar el reparto territorial de la riqueza. O al menos para aspirar a un sistema más comprensible y transparente, teniendo en cuenta que el actual es enrevesado y opaco a partes iguales.

Pero una de las patas del debate es la recaudación, en la que las regiones tienen parte de responsabilidad más allá del esquema de la solidaridad interterritorial que mueve millones de una a otra comunidad a través de Fondos, competencias, y presupuestos.

Y la realidad es que en cuatro de las autonomías que más se lamentan del agravio financiero dejan de recaudar cientos de millones al año por las distintas bonificaciones autonómicas a los tributos cedidos, como el Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones o por el tramo autonómico del IRPF.

Las memorias presupuestarias autonómicas advierten de que “la posible merma” por reducciones, bonificaciones y deducciones están “orientadas a la consecución de determinados objetivos de política social y económica”, por lo que advierten de que no se puede entender como “pérdida de recaudación”.

Pero solo desde 2009 a 2014 los ingresos por el Impuesto de Patrimonio han caído casi un 15%. Además, las rebajas en este impuesto y en el de Sucesiones suelen ir acompañadas de críticas por sus posibles efectos regresivos al tener capacidad de beneficiar en más proporción a los más ricos.

En este sentido, cabe hacer algunos cálculos, siempre aproximados por la falta de datos equivalentes en los presupuestos para el mismo ejercicio. Todos recordamos aquel lamento de Cristina Cifuentes en forma de ataque cuando afirmó que “los madrileños pagan 3.000 millones para que Andalucía tenga sanidad”.

Dejó en bandeja a Susana Díaz la oportunidad de responder al exabrupto y de paso dejar claro que Andalucía también se siente abandonada por el sistema que gobierna Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. “Tenga valor de pedirle a Rajoy un sistema para que se puedan financiar todos los servicios públicos”, vino a replicar la socialista.

Lo cierto es que Andalucía deja de ingresar al año unos 676 millones de euros por los beneficios fiscales que ofrece a sus ciudadanos por los dos impuestos citados, según datos de 2017. Además de otros 22 millones por las deducciones sobre el tramo autonómico del IRPF.

En el caso madrileño los datos son mayores pero desconocidos, porque sus memorias presupuestarias no distinguen entre rebajas estatales y autonómicas. En total se estiman en 10.213 millones de euros. Madrid bonifica al 100% el Impuesto de Patrimonio y el 99% de Sucesiones para familiares directos, y según el cálculo del Sindicato de Inspectores de Hacienda Gestha, la región deja de recaudar unos 660 millones de euros anuales por no gravar el patrimonio. Hasta el 99,7% le correspondería pagarlo a casi 13.500 contribuyentes titulares de bienes por más de 1,5 millones de euros.

En el caso de Sucesiones, la región que ahora gobierna Cifuentes recaudaba en 2014 hasta una quinta parte menos que cinco años antes por este mismo tributo.

La Comunidad Valenciana y Cataluña lideran la liga de autonomías que menos financiación reciben respecto a lo que aportan al sistema, aunque hay que insistir en que es un cálculo que varía según los indicadores que se contemplen. Según este análisis más complejo de El Confidencial, Cataluña lleva razón cuando argumenta ser la región peor financiada, por delante de Valencia, que recibiría por habitante una financiación cercana a la media de todas las autonomías.

Pero ambas lideran el ránking y mantienen rebajas millonarias en tributos de sus competencias. En el caso catalán, los mismos datos del Consejo General de Economistas señalan que en el quinquenio 2009-2014 fue la región en que más cayó la recaudación por heredar o donar: hasta un 65% menos. No en vano sus memorias presupuestarias recogen una merma de 855 millones de euros al año por las bonificaciones al Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD).

La Comunidad Valenciana trató de recuperar la recaudación por patrimonio en 2016 pero la prórroga de los Presupuestos Generales en 2016 dejó sin efecto la reforma en 2017, por lo que la región calculó que perdería unos 130 millones de euros que el Ejecutivo de Ximo Puig quería retomar a partir de este año.

Solo según estas cifras -no equivalentes al total de las bonificaciones-, Cataluña, Valencia Andalucía y Madrid, que recientemente han intensificado sus quejas por sentirse perjudicadas en el sistema de financiación territorial, renuncian al menos a 2.300 millones de euros anuales en competencias tributarias propias.

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