Ahora toca Alemania

Alemania

Ahora toca Alemania

Ahora es la estable Alemania la que vive días complicados en la búsqueda de un acuerdo para que la señora Merkel, ganadora de las elecciones, pueda constituir un gabinete.

Angela Merkel, canciller de Alemania

Todavía está muy reciente la larga crisis política que hemos vivido bajo la pesimista y tópica frase de que “esto sólo ocurre en España”, y el tiempo, apenas un año, enseguida ha venido a demostrar una vez más que no es cierto. Ocurre en todos los países democráticos cuando los resortes de la democracia parlamentaria obligan a los políticos a demostrar su profesionalidad para viabilizar un Gobierno compartido con alguno de sus adversarios.

Las mayorías absolutas cada vez son menos frecuentes y los partidos tienen que irse mentalizando – de hecho en muchos países ya lo están – en que después de unas elecciones viene la parte más difícil, la de la negociación para flexibilizar las posiciones y llegar a acuerdos que permitan gestionar juntos las administraciones públicas. Está demostrado que es posible si se sabe separar esa gestión compartida con la discrepancia política que no tiene porqué desaparecer.

Ahora es Alemania, nada menos que la estable Alemania, la que vive días complicados en la búsqueda de un acuerdo para que la señora Merkel, ganadora de las elecciones, pueda constituir un gabinete. No es la primera vez que la política alemana tiene que superar este trance pero quizás si es la que lo tiene más difícil. Tanto los conservadores como los socialdemócratas habían tenido como bisagra a los liberales. Y cuando los liberales se quedaron fuera del Parlamento, como ocurrió en la Legislatura que termina, se recurrió a la fórmula extrema de la Grosse Koalition.

Aunque en esta ocasión los liberales vuelven a tener representación, ya no es suficiente para completar la mayoría que la canciller necesita para continuar una Legislatura más en el cargo. El incremento tan espectacular como preocupante de la extrema derecha de corte neonazi, con la que nadie quiere ni hablar, y el fraccionamiento del resto de la Cámara sólo abre dos posibilidades reales de conseguir una mayoría, la recién fracasada con Liberales y Verdes o el regreso a una nueva Gran Coalición a la cual los socialdemócratas se niegan de manera tajante.

Las dos legislaturas que compartieron el poder les han supuesto una mala experiencia ante las urnas. Schulz, el líder socialdemócrata, aunque ha respondido a la llamada a la responsabilidad del Presidente de la República se apresta a contribuir a buscar una salida imaginativa con muy pocas perspectivas de éxito. La amenaza de tener que repetir las elecciones en la primavera es preocupante y tanto para los alemanes como para el resto de los europeos. Alemania sin Gobierno implica meses de Europa a la deriva.

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