El Banco de España insta a revisar la eficacia de los incentivos al empleo

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El Banco de España insta a revisar la eficacia de los incentivos al empleo

La institución advierte ante programas de elevado coste presupuestario, con efectos reducidos y sin afectar al nivel de empleo agregado.

Banco de Espana

El Banco de España cree necesario revisar los diferentes programas de políticas activas de empleo para detectar aquellos con mayor eficacia, ya que algunos programas tienen un elevado coste presupuestario pero sus efectos son reducidos, aunque positivos, sin afectar al nivel de empleo agregado. La institución explica esta tesis en un artículo en el que analiza la eficacia de los resultados de un programa concreto de bonificaciones sociales que estuvo vigente entre 2006 y 2012 para el colectivo de trabajadores mayores de 60 años.

Este programa fue introducido en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y estaba dirigido a mantener en el empleo a los trabajadores de más edad, concretamente con 60 años o más, con un contrato indefinido y con al menos cinco años de antigüedad dentro de la empresa. Para ello, se bonificaban las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo de la empresa en un 50% para los trabajadores de 60 años, con un aumento de la bonificación de 10 puntos porcentuales por año hasta un máximo de un 100% a la edad de 64 años.

Al respecto, el estudio estima que la probabilidad de que un trabajador perdiera su empleo entre agosto y diciembre de 2012 aumentó del 6,7% al 8,5% una vez que se eliminaron los subsidios. Por lo tanto, el fin de los subsidios al mantenimiento del empleo originó un aumento reducido (1,8 pp), aunque estadísticamente significativo, en la probabilidad de que un trabajador mayor de 60 años perdiera su empleo.

“El impacto de la eliminación de las bonificaciones tiende a ser creciente con la edad y es especialmente elevado para los trabajadores de 64 años, que fue el colectivo que experimentó el mayor incremento en la probabilidad de perder su empleo después de la supresión de los incentivos”, apunta el artículo.

Asimismo, la probabilidad de perder el empleo creció para los trabajadores con un empleo de baja cualificación, pasando del 6,8% al 8,8%, mientras que para un puesto de alta cualificación no se observa un efecto significativo.

Finalmente, respecto a la antigüedad la probabilidad de perder el empleo aumentó para los trabajadores con menos años en la empresa, con un aumento de 2,7 pp después de la eliminación del subsidio.

En cuanto al coste, el Banco de España calcula que la eliminación de los incentivos se habría traducido, en una pérdida de 3,1 millones de euros en los salarios en diciembre de 2012, como consecuencia de la pérdida de empleo, lo que a su vez habría reducido en 1,1 millones los ingresos procedentes de las cotizaciones a la Seguridad Social. A su vez, estas pérdidas de empleo habrían elevado en 1,1 millones los gastos en prestaciones por desempleo.

Por otra parte, el fin del pago de las subvenciones resultó en un ahorro de 41,7 millones para la Seguridad Social en ese período, de forma que el ahorro neto estimado para esta última de la supresión del programa es significativo.

En base a este análisis, la institución que dirige Luis María Linde considera que los resultados ponen de manifiesto la necesidad de concentrar este tipo de programas en colectivos muy específicos con especiales dificultades de empleo, de forma que se maximice su efectividad en términos de creación o mantenimiento del empleo y se minimicen su coste para las finanzas públicas.

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