Iglesias se hace a un lado y deja en manos de Colau el futuro de Podemos en Cataluña

Cataluña

Iglesias se hace a un lado y deja en manos de Colau el futuro de Podemos en Cataluña

El líder de la formación asume que el protagonismo y las decisiones estratégicas corresponden exclusivamente a Colau.

Ada Colau y Pablo Iglesias

Lo que diga Ada Colau va a misa. Podemos asumió hace tiempo, después de las erráticas elecciones autonómicas de Cataluña de 2015, que su futuro en la región depende de una alianza con la alcaldesa de Barcelona. En aquellos comicios, la regidora de la Ciudad Condal decidió abstenerse de hacer campaña por Catalunya Si Que Es Pot, y el partido liderado entonces por Lluis Rabell lo pagó obteniendo solo 11 escaños.

Pablo Iglesias recibió una suerte de cura de humildad en aquella cita electoral y comprendió que su figura no era tan atractiva como creía para el electorado catalán en clave regional. A partir de entonces, el líder de Podemos asumió que el futuro del partido en Cataluña debía orbitar sobre la figura de Ada Colau.

La adhesión a la alcaldesa de Barcelona es tal que la marca de Podemos en la zona se ha unido a los ‘Comunes’ sin recibir apenas contraprestaciones a cambio. Colau decide prácticamente la composición total de las listas y la estrategia del partido, sin la ‘intromisión’ de la dirección estatal de Podemos.

Ada Colau no pertenece al partido morado pero sí se ha unido a él en varias citas electorales, donde su presencia ha permitido el éxito de Podemos en Cataluña. A cambio, el poder discursivo en la región pertenece ‘exclusivamente’ a los ‘Comunes’.

Varios miembros de Podemos ajenos a Cataluña recelan de la ‘dejadez’ pactada de Pablo Iglesias con Ada Colau. Achacan que el debate catalán se ha convertido en un debate nacional donde el peso de la posición de Podemos ha recaído, prácticamente en exclusiva, en la postura de Catalunya en Comú. La propia Carolina Bescansa mostró sus reticencias con la estrategia.

Sin embargo, Iglesias asume que el pacto que facilitó el apoyo de Colau incluía esa premisa, y a un mes de las elecciones autonómicas, entiende que el futuro de Podemos pasa por Ada Colau o morir.

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