La ruptura del pacto municipal entre Barcelona en Comú y el PSC ha dejado a Ada Colau en una considerable minoría que le impide gestionar con solvencia el Ayuntamiento de Barcelona. Si no encuentra colaboración entre los partidos presentes en el consistorio, la líder de ‘los Comunes’ sufrirá mucho para sacar adelante sus medidas.
Los socialistas ya han advertido que no pondrán las cosas sencillas. Es más, en una suerte de ‘vendetta’ política, el líder del PSC en la Ciudad Condal, Jaume Collboni, revela que su grupo será más exigente que de costumbre para dar su aprobación a los presupuestos de 2018.
“Cuando uno pasa a la oposición puede exigir contenidos presupuestarios que por una cuestión de solidaridad cuando estás en el gobierno no exiges”, ha relatado Collboni en diversas entrevistas concedidas durante la mañana.
La ‘sopa fría’ que pretende servir el PSC a Ada Colau es el plato que quiere calentar el independentismo catalán. ERC y PDeCAT han adelantado a la alcaldesa de Barcelona que están dispuestos a ayudarla para garantizar la “estabilidad” de la ciudad.
Una ayuda que desde Catalunya en Comú se entiende como un posible ‘abrazo del oso’ del independentismo, que quiere exprimir la presunta ambigüedad del partido de Colau y Xavi Domènech.
La alcaldesa ha insistido este martes que ella no quiere hacer un pacto de gobierno con partidos que apoyan el 155, pero tampoco la DUI (declaración unilateral de independencia). Un clásico ‘vete por dónde has venido’ dirigido a los mandatarios de ERC y PDeCAT y una respuesta a las acusaciones de los socialistas, que creen que la ruptura del pacto municipal se debe a una voluntad de pacto de ‘los Comunes’ con Oriol Junqueras.
