Incentivar fiscalmente los planes de pensiones de las empresas impulsaría el PIB un 8,5%

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Incentivar fiscalmente los planes de pensiones de las empresas impulsaría el PIB un 8,5%

“Retrasar la introducción de medidas que modifiquen el modelo actual o no introducir ninguna, podría suponer una reducción del 6,3% del PIB en el largo plazo”, advierte un informe.

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Los incentivos fiscales al ahorro para la jubilación a través de las empresas mejoraría el PIB español en un 8,5%. Esta es una de las principales conclusiones de un informe presentado por la Fundación Edad&Vida y VidaCaixa en el que se advierte de que “retrasar la introducción de medidas que modifiquen el modelo actual o no introducir ninguna, podría suponer una reducción del 6,3% del PIB en el largo plazo”. Por ello, en este estudio se propone la implantación de un modelo de pensiones mixto.

La propuesta, elaborada por ICEA en colaboración con el Instituto Complutense de Análisis Económico y la Universidad Complutense de Madrid, combina el actual esquema de reparto con el desarrollo de un sistema de capitalización complementario a través de la empresa.

Este planteamiento se realiza tras constatar varios problemas a los que se enfrenta el sistema. La OCDE estima que a mediados de siglo habrá 8 jubilados por cada persona en edad de trabajar. En un sistema de reparto como el español, basado en la solidaridad entre generaciones, son las cotizaciones de las personas en activo las que pagan las pensiones de quienes están jubilados. Por tanto, las tendencias demográficas apuntan a la inestabilidad del modelo actual a largo plazo.

A día de hoy, señala el informe, ya ha sido necesario aplicar medidas correctoras, como el retraso de la edad de jubilación, en aras de mantener el sistema público de pensiones y se prevé que factores como la tasa de sustitución (cuantía de la pensión en relación al último salario) sigan decreciendo.

El nuevo modelo, en cambio, permitiría mantener el sistema público sin necesidad de incrementar las cotizaciones o reducir la tasa de sustitución.

El estudio plantea que para que esta tasa pueda mantenerse en el 80%, bajo el supuesto de que se alcance una estructura demográfica como la esperada para 2050, sería necesario incrementar las cotizaciones del 28,3% actual hasta el 37,4%. En caso de mantener las cotizaciones estables la tasa de sustitución se reduciría al 63,6%. El nuevo modelo, en cambio, permitiría mantener el sistema público sin necesidad de incrementar las cotizaciones o reducir la tasa de sustitución.

“El desarrollo del segundo pilar permitiría que se extendiera el acceso al ahorro a largo plazo, reduciendo así la presión sobre el sistema público de pensiones”, explica María José Salcedo Cruz, directora del Área de Investigación de ICEA y coordinadora del estudio que se ha alzado con el Premio Edad&Vida Higinio Raventós en su XII edición.

Tal como añade José Antonio Iglesias, Vicepresidente de Edad&Vida y Subdirector General Comercial de VidaCaixa, un sistema de pensiones que promueva el desarrollo del segundo pilar permitiría “diversificar el riesgo y reducir la vulnerabilidad de cada uno de los pilares de ahorro a la inflación, los cambios poblacionales o los impactos financieros”.

El modelo mixto se alinea con las reformas llevadas a cabo en la mayor parte de los países de la OCDE en los que se ha promovido el desarrollo del llamado segundo pilar del sistema de pensiones (aquél financiado por ahorro colectivo a través de la empresa) como la mejor solución a los problemas de envejecimiento de las sociedades avanzadas.

Según las previsiones que realiza el estudio, con una estructura demográfica como la que prevé el INE para 2025, la introducción de este modelo conseguiría mejoras en los principales indicadores macroeconómicos: el PIB en España ascendería un 8,5%, si solo se aplicaran incentivos fiscales, y un 8,6% si se aplicara una parte con incentivos y otra de forma obligatoria. Mejoraría el empleo un 2,2%. La tasa de ahorro podría llegar a crecer un 23%. El índice de bienestar, entendido como el consumo a lo largo del ciclo vital, crecería un 9,9%.

La aplicación de estos cambios, por su profundidad estructural, supondría asumir costes de transición. Sin embargo, retrasar la introducción de medidas que modifiquen el modelo actual o no introducir ninguna, podría suponer una reducción del 6,3% del PIB en el largo plazo.

Para la Fundación Edad&Vida, cualquier reforma del sistema de pensiones en España, entre ellas la que permita el desarrollo del segundo pilar, debería contar con un sólido consenso social y político, así como con el compromiso de los agentes sociales y la participación del sector financiero y asegurador.

En este sentido, propone la creación de un órgano consultivo formado por representantes políticos, agentes sociales y representantes del sector financiero y asegurador que tendría por objetivo debatir y acordar reformas, junto con una comisión de control que supervisara el cumplimiento, la implantación y el desarrollo de los acuerdos alcanzados.

A la luz de los resultados expuestos en el estudio, la entidad apuesta por la implantación efectiva de este modelo mixto de reparto y capitalización impulsando el desarrollo del segundo y tercer pilar del sistema, en línea con las reformas que han llevado a cabo muchos países de la OCDE en los últimos años. La implantación debe realizarse de forma progresiva e instaurando sistemas que faciliten la transición, como los programas de inclusión automática de los trabajadores en planes de pensiones de empleo, y un tratamiento fiscal favorable y suficientemente atractivo.

La entidad considera que los sistemas de previsión y ahorro privados de carácter individual, el tercer pilar del sistema, deberían continuar impulsándose por su flexibilidad y capacidad de adaptación a las necesidades específicas de las personas.

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