El Clínico tumbó el nuevo contrato de electromedicina que acababa con las más de cien prórrogas irregulares

Sanidad

El Clínico tumbó el nuevo contrato de electromedicina que acababa con las más de cien prórrogas irregulares

Podemos reclama la comparecencia del consejero de Sanidad por el desestimiento de esta polémica contratación.

Hospital Clínico San Carlos

Más de un centenar de prórrogas que no parecen tener fin y que supone mantener con vida un contrato fechado hace casi una década. Esta es la principal característica que tiene el contrato de mantenimiento de electromedicina del Hospital Clínico San Carlos. Una historia que habría concluido en 2015 cuando se publicó el nuevo contrato de electromedicina. Nada más lejos de la realidad: el expediente ha sido suspendido; las prórrogas continúan; y el conflicto ya ha llegado a la Asamblea de Madrid.

El 26 de junio de 2015 se aprobaron los pliegos del procedimiento del nuevo contrato de electromedicina. A pesar de que el expediente llegaba con cinco años de retraso -legalmente el último contrato finalizaba en 2010-, el Hospital Clínico San Carlos daba el paso de licitar este servicio determinante para el centro. Por el momento, la maquinaria de la contratación seguía su recorrido natural: se publicaba la licitación en el Boletín Oficial, se abría la documentación y se hacía la lectura pública de las ofertas.

Dos empresas competían por el nuevo contrato cuyo precio era de 4,8 millones de euros (concursos similares han salido por cuantías inferiores en otros hospitales): Asime (filial del Grupo Empresarial Electromédico compuesto también por Mantelec e Iberman) e Higea. La primera de ellas cuenta con una larga relación en el Hospital Clínico tras haber ganado el mismo concurso desde finales del siglo XX. No obstante, la suerte no correría de la misma manera: la segunda de estas dos empresas se hacía con el concurso a principios de 2016.

Higea resultaba vencedora al superar en puntuación a Asime gracias al criterio económico. En el aspecto técnico (aspectos más subjetivos), esta empresa apenas consiguió ocho puntos, frente a los 45 de su competidora. Una puntuación que se repite en otros hospitales como el Gregorio Marañón o el Severo Ochoa de Leganés donde los rivales de Asime apenas superan los ocho puntos en este apartado. Sin embargo, como se ha comentado, el criterio económico (puntuado con 55 puntos) sirvió para poner punto y final a una larga relación.

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Comienza ‘Stranger Things’

A partir de este momento, los acontecimientos no han parado de darse al igual que en la serie ‘Stranger Things’. Según relata la Consejería de Sanidad en su escrito explicando el desestimiento, la oferta de Higea contaba con “una baja desproporcionada” de dos millones de euros. Ante esto, el centro sanitario exigió explicaciones a la compañía: si es o no capaz de mantener el servicio de manera óptima con su oferta. La empresa se mantenía firme en su oferta.

Un escenario que abre un abanico de posibilidades a la Administración. Expertos en contratación pública han explicado a este medio que el riesgo de una baja de este tipo se puede neutralizar reclamando una fianza a la empresa que permita acudir al servicio técnico del fabricante del aparato a mantener. Aun así, las dudas en la Comunidad de Madrid seguían presentes por lo que el 12 de mayo de 2016, siempre según el relato de la Consejería de Sanidad, se lanzó el segundo requerimiento a Higea para que justifique su oferta.

El error del inventario

Un procedimiento que es aparentemente normal: ante la desconfianza, el licitador necesita saber los motivos de esa oferta. Pero en este contrato un suceso cambiaría el devenir del concurso condenándolo a un punto sin retorno. Y es que no fue hasta el 21 de junio de 2016 hasta que el Hospital Clínico San Carlos no detectó un error en el expediente: se había redactado mal el concurso. “Se evidencia un desajuste en el Inventario aportado en el Anexo A del Pliego de Prescripciones Técnicas”, recuerda la Consejería de Sanidad en su desestimiento.

El concurso ya estaba adjudicado, las explicaciones dadas y las prórrogas (parecían) ser historia hasta que un error del centro revertía toda la situación. “Los servicios técnicos manifiestan que el desajuste consiste en que se han publicado en la licitación un total de 3.094 equipos [a mantener] cuando el inventario real de los equipos asciende a 6.379 equipos”, informan desde el Gobierno regional. Ante este desbarajuste, la Mesa de Contratación del Hospital Clínico San Carlos propuso al viceconsejero de Sanidad, Manuel Molina Muñoz, que acuerde tumbar el contrato ya adjudicado. Y así sucedió en un primer lugar.

El 24 de agosto de 2016 la Consejería de Sanidad decidía el desestimiento. Mientras, las prórrogas quincenales seguían (y siguen) sumando. Aun así, hay que apuntar un aspecto determinante en el argumento del error de inventario. EL BOLETÍN ha tenido acceso a los pliegos de concursos anteriores de electromedicina del Hospital Clínico San Carlos y una peculiaridad ha sido protagonista: en 2003, 2005 y 2007 (el último que se adjudicó) fueron concursos sin inventarios y con el mismo precio de licitación que el de 2015. En esos procedimientos no hubo ninguna alteración como sí ha sucedido en este.

Las dudas sobre el inventario

Asimismo, fuentes confidenciales han aseverado que apenas ha cambiado el número de aparatos de electromedicina a reparar. “El inventario no se ha movido”, han destacado a este digital. Por su parte, expertos en contratación consultados por este medio apostillan que es “imposible saber si los contratos anteriores estaban sobredimensionados”.

De esta manera, cabe la posibilidad de que el Hospital Clínico San Carlos haya adjudicado a lo largo de este siglo un servicio a la misma empresa (Asime) por un precio que no estaba fijado objetivamente a través de un inventario.

A pesar de este desestimiento y de que el hospital tenía que empezar de cero la licitación de este servicio, Asime decidió recurrir ante la Justicia esta suspensión. La empresa reclamaba que se anulese el desestimiento del viceconsejero de Sanidad… pero que también se excluyese de él a Higea. Los tribunales aceptaron cancelar la suspensión, pero no la exclusión señalando que el procedimiento debía seguir adelante. El Hospital Clínico San Carlos (pese al ahorro de dos millones) se mantuvo firme: el error de inventario (aunque la empresa pueda asumirlo) es suficiente para tumbar el nuevo contrato.

Un desestimiento que llega a la Asamblea de Madrid

Por ello, el 14 de marzo de 2017 (varios meses después) la Mesa de Contratación volvía a reclamar el desestimiento. El viceconsejero de Sanidad suspendía finalmente el contrato accediendo a la petición que salía desde el centro madrileño. Este expediente ya era historia tras casi un año de conflicto; las prórrogas a favor de Asime continúan su recorrido desde febrero de 2010; el nuevo concurso sigue pendiente de realizarse aunque los errores (el del inventario) fueron identificados en 2016.

Este 6 de noviembre la Mesa de la Asamblea de Madrid acordaba, tras la petición de la diputada de Podemos Mónica García, admitir el primer trámite para la comparecencia del actual consejero de Sanidad en la Comisión de Vigilancia de las Contrataciones para hablar de este concurso. Ahora dicha comisión tendrá que decidir si finalmente acepta que Enrique Ruiz Escudero acuda a tratar esta cuestión. Antes, la parlamentaria de la formación morada reclamó conocer, por medio de una pregunta escrita, el motivo por el cual se ha desestimado el proceso de adjudicación del contrato de mantenimiento de electromedicina del Hospital Clínico San Carlos. La respuesta: el error del inventario.

La polémica con el Grupo Empresarial Electromédico

De esta manera, el conflicto en el Hospital Clínico San Carlos con la electromedicina será objeto de debate en la Asamblea de Madrid en las próximas fechas. Al igual que ha sucedido recientemente en el Parlamento de la Rioja después de que el gerente de la Fundación Hospital Calahorra, Juan Manuel Domínguez Pacheco, despidiera a varios profesionales por negarse, según los afectados, a desistir un contrato de electromedicina. Mantelec (empresa del mismo grupo que Asime) ya había interpuesto dos recursos contra este expediente riojano, tal y como publicó el medio nuevecuatrouno.com, que se hizo eco de la denuncia de Podemos La Rioja con un artículo titulado “Despidos, denuncias y acusaciones de corrupción en la Fundación Hospital de Calahorra”.

No obstante, la polémica del Hospital Clínico San Carlos y de la Fundación Hospital Calahorra no son las únicas en las que se ha visto salpicada este grupo empresarial. Y es que tanto Asime como Mantelec e Iberman aparecen envueltos en otros escándalos que han ido apareciendo en varios medios regionales: en Galicia por el servicio que han ofrecido y en Almería por emitir dos facturas falsas a un hospital de la zona.

Antes en Madrid, el contrato de mantenimiento de electromedicina de los nuevos hospitales privatizados de Aguirre vivió otro tira y afloja entre este grupo empresarial (que copa el 90% de los concursos madrileños de este servicio) y la UTE TBS-Ferrovial. Esta última llegó a recurrir hasta cinco impugnaciones que se realizaron desde el hospital. El actual gerente de la Fundación Hospital Calahorra era el encargado de adjudicar este servicio antes de aterrizar en La Rioja tras ser despedido por “falta de confianza”, tal y como ha respondido la Comunidad de Madrid a Mónica García. La presidenta de la Asamblea de Madrid también ha aceptado que la Comisión de Sanidad decida si Domínguez Pacheco debe dar o no explicaciones de su forma de contratar cuando se encargaba de la central de compras de estos centros sanitarios.

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