Firmar por horas y días: la duración media de los contratos es cada vez más corta

Empleo

Firmar por horas y días: la duración media de los contratos es cada vez más corta

Uno de cada cuatro contratos temporales dura menos de siete días y su acumulación disminuye las posibilidades de lograr un empleo indefinido.

Trabajador trabajo paro

La precariedad laboral que provocan los contratos temporales en España podría ser mucho peor de lo que se extrae de la Encuesta de Población Activa (EPA), según alerta la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Aunque la contratación sigue aumentando, el empleo total previo a la crisis no se ha recuperado. Esta contradicción se explica por un motivo: los contratos temporales son cada vez más cortos en España, el segundo país europeo con más contratación no estable después de Polonia.

El informe Recent trends in the use of temporary contracts in Spain‘ muestra que las cifras de la EPA “ofrecen una imagen incompleta” que no tiene en cuenta el hecho de que los contratos de menos de una semana se hayan triplicado en la última década, y supongan cerca del 28% del total de los nuevos contratos temporales. En 2008 representaban algo más del 16% del total.

“La duración media es cada vez más corta”, explica el análisis, que recurre a otras fuentes como las estadísticas de contratos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). «En especial, el uso de los contratos de muy corta duración (de unas horas, hasta menos de una semana) tiene hoy en día un mayor peso que en el período pre-crisis”.

Sin embargo, los analistas alertan de que este fenómeno no es totalmente captado por indicadores como la tasa de temporalidad cuando se calcula con datos procedentes de la Encuesta de Población Activa (EPA), “ocultando parte de la precariedad laboral real”.

A día de hoy, los contratos que duran menos de una semana suponen más del 25% del total, pero aquellos temporales con duración mayor a tres meses o de duración indeterminada (como los de obra y servicio) han caído considerablemente desde el apogeo de la crisis.

“La duración media de los contratos está disminuyendo, lo que explica por qué el número total de contratos bate récords históricos mientras el empleo total sigue estando muy por debajo de su pico previo a la crisis”, explica el informe.

Condenados a la temporalidad

Además, el enfoque de Fedea demuestra que, en determinados casos, encadenar contratos temporales condena a ciertos colectivos a permanecer indefinidamente en la rueda de la temporalidad.

Aunque la acumulación de contratos favorece la consecución de primeros empleos también temporales, “la duración esperada de estos contratos es menor para jóvenes que han acumulado más contratos, y a partir de unos 7 a 8 contratos se reduce la probabilidad de acceder a un contrato indefinido”, explica el informe.

Este hallazgo pone de manifiesto que hay determinados colectivos con mucho más riesgo de quedar atrapados en ciclos de contratos de muy corta duración, según Fedea.

¿Por qué falla la EPA?

Enfocando la temporalidad desde el prisma del número de empleados, se observa que a principios de 2016 la proporción de trabajadores no estables ya era un 7% menor que en el pico previo a la crisis. Sin embargo, el número de contratos temporales llega a niveles récord en 2016, sin cambios significativos en la proporción entre fijos y temporales.

Según Fedea, la explicación radica en que durante la última década, tanto los contratos temporales más amplios (más de tres meses) como aquellos sin duración específica (que integran a los de obra y servicio) han perdido peso a favor de aquellos que contratan por menos de una semana. “A día de hoy uno de cada cuatro nuevos contratos en España dura entre uno y siete días”, apunta el análisis.

“Curiosamente, la EPA española no capta este cambio dramático en la composición y duración de los contratos temporales”, alerta Fedea. “De hecho, respecto a datos administrativos sobre los contratos, observamos que la EPA sobreestima el peso de los contratos temporales con duraciones relativamente largas”.

Esto es así porque, al tomarlos como iguales, la probabilidad de que los contratos de más duración estén vigentes en la semana de referencia usada en la estadística es mucho más alta que para aquellos que apenas duran unos días.

Fedea expone que un vistazo rápido por la EPA sugeriría que, desde 2006, menos del 30% de los empleados son temporales. “Sin embargo, la cifra actual es mucho mayor”, explica Fedea, en base a lo que denomina “indicadores alternativos para la temporalidad en el empleo”. Los plasma en el siguiente gráfico, donde la línea azul representa a la proporción de trabajadores que aparecen como empleados en algún momento del año y que han logrado al menos un contrato temporal. La diferencia entre ambos indicadores empuja el número de temporales hasta en 15% puntos porcentuales respecto a lo que muestra la EPA, que toma como referencia los trabajadores en activo en el momento de la encuesta:

Más información