No sólo Hollywood: el acoso sexual era un “secreto a voces” en los pasillos de la UE

No sólo Hollywood: el acoso sexual era un “secreto a voces” en los pasillos de la UE

Sólo un tercio de las 65 denuncias por acoso en la Comisión Europea desde 2012 resultaron en sanciones disciplinarias.

Bandera UE Union europea

Más de una docena de trabajadoras del Parlamento Europeo acusaron a varios políticos de esta cámara de haberlas acosado, hostigarlas sexualmente y tratarlas como “pedazos de carne”. Según una investigación del diario Sunday Times, el corazón de la Unión Europea se había convertido en un “semillero de acoso sexual” por las agresiones de sus integrantes hacia las trabajadoras.

Según los datos de otro medio, The Telegraph, las funcionarias de la UE presentaron, de media, una denuncia formal al mes por acoso sexual contra compañeros de la Comisión Europea. Se fromalizaron hasta 65 denuncias desde 2012 por estas agresiones machistas en el seno de la UE, que derivaron, solo en 20 de los casos, en “sanciones disciplinarias por conducta inapropiada”.

Según este medio, aunque los verdaderos niveles de acoso sexual “son probablemente mucho más altos” que los denunciados formalmente, en los últimos cuatro años se han detectado una media de cuatro casos anuales que conllevaron sanciones, menos de un tercio de las denuncias.

El acoso sexual en las instituciones europeas era, como en Hollywood, “un secreto a voces”, según lo ha calificado la eurodiputada socialista española Iraxte García Pérez, que ha denunciado que entre el 45 y 55% de las mujeres europeas han sido víctimas de acoso.

«La mayoría de las mujeres sabemos de lo que se está hablando. Es un secreto a voces», ha añadido la eurodiputada de IU Ángela Vallina, que ha recordado que al Parlamento Europeo se le ha definido como «semillero de acoso sexual» para «sorpresa» de «algunos». Y ha instado a la Comisión a proponer una directiva «para combatir la violencia contra las mujeres», «la mayoría» de las cuáles no denuncia su caso por «miedo» al estigma social y a perder su empleo.

Este miércoles la Eurocámara ha debatido sobre cómo atajar el acoso sexual contra las mujeres en su propio seno, y los diputados han pedido procedimientos internos para denunciar, investigar y sancionar a los acosadores. Muchos de ellos han portado un cartel de la campaña #MeToo, en apoyo a las actrices que han denunciado el escándalo sexual del productor de cine Harvey Weinstein.

«Todas las instituciones tienen que mirar a esta cuestión», ha reclamado la eurodiputada popular polaca, Agnieszka Kozlowska-Rajewicz, que ha denunciado los «grandes obstáculos» de las víctimas para denunciar y ha recordado que «la mayoría de casos descritos en los medios nunca se han notificado por los canales oficiales por vergüenza, por miedo a perder el trabajo», en declaraciones recogidas por Europa Press.

«Hoy hablamos de casos en el Parlamento Europeo. Aquí hemos establecido legislación, tenemos procedimientos y herramientas para combatir este fenómeno que tenemos que empezar a utilizar», ha remachado durante el debate extraordinario en la Eurocámara para debatir el problema que destapó el The Sunday Times este fin de semana, recogiendo más de una docena de casos de mujeres que han acusado a eurodiputados de acoso y tocamiento.

Pero ha lamentado que se hable «muy poco de los autores y los testigos de abusos», ha criticado al ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, por admitir que no denunciaría a un «colega» si supiera que es acosador «activo», «una postura muy generalizada» y ha denunciado «el acuerdo social» para esconder el problema.

La socialista lituana Vilija Blinkeviciute, ha reclamado «una investigación en profundidad, recurriendo a expertos externos» porque los mecanismos actuales no son «suficientemente eficaces» y ha reclamado «prever sanciones severas» para quienes cometen estos abusos.

La eurodiputada liberal holandesa Sophia in ‘t Veld, ha reclamado «pasar de las palabras a los hechos» para atajar el problema y ha lamentado que «sólo se han presentado diez casos desde 2014» al Comité interno en la Eurocámara para denunciar casos de abuso sexual. «El umbral para la denuncia es demasiado alto», ha criticado. Sus colegas de grupo Izaskun Bilbao y Beatriz Becerra han reclamado luchar contra «la impunidad» frente a estos casos.

La portavoz de la Izquierda Unitaria en el debate, la eurodiputada sueca Malin Björk, ha reclamado el «apoyo pleno» para las víctimas y «actuar» después de que se haya «roto» el silencio de «lo que ha ocurrido en esta casa». También ha reclamado implicar a los hombres para cambiar la «cultura de macho dominante», mientras que su compañera de grupo, la eurodiputada de Podemos, Tania González, ha pedido sanciones «ejemplares» contra los responsables.

Solo cinco hombres en el debate

«Esto también es responsabilidad nuestra», ha admitido el eurodiputado de los Verdes, Ernest Urtasun, que ha lamentado que sólo intervengan «cinco» hombres en el debate.

«Yo también he sido acosada como millones de mujeres en la UE», ha agregado su colega, la eurodiputada verde alemana, Terry Reintke, que ha reclamado «pasos legislativos» para combatir un problema «tan generalizado en la UE», mientras que su colega, la eurodiputada italiana Eleonora Forenza, también ha recordado «la vergüenza, rabia» que sintió con 19 años cuando un profesor de 70 intentó abusar de ella. «No lo olvido, lo que podía haber ocurrido», ha admitido.

La eurodiputada del UKIP, Margot Parker, ha recordado que hay «15 eurodiputados acusados de acoso sexual». «Estos expedientes tienen que ser de acceso público inmediatamente», ha remachado, mientras que su colega de partido, Gerard Batten, ha acusado al expresidente de la Eurocámara, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, de ser «instrumental» para no intervenir en los casos de denuncias. «Fueron de alguna manera impedidos y bloqueados por el Señor Schulz«, ha asegurado, según le reveló «una fuente muy fiable» hace «varios meses», antes de que saltara el escándalo a la prensa.

La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha dejado claro que el acoso a mujeres «no es aceptable» y ha pedido centrarse en aplicar «el arsenal legal» en vigor para combatir el problema y «lo más importante, apoyar a las víctimas».

«Tenemos que mirar qué podemos hacer nosotros», ha admitido, recordando que la Comisión ya cuenta por ejemplo con un Código Ético de conducta, un teléfono de ayuda y promueve campañas de sensibilización y cursos. «Posiblemente podemos hacer más», ha dicho, algo que someterán a «evaluaciones externas». «El Parlamento tiene sus propias normas, posiblemente pueda hacer más», ha admitido.

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