Con la Iglesia han decidido topar en la Generalitat y en el Gobierno de Mariano Rajoy. Por un lado, Carles Puigdemont quiere que el arzobispado de Barcelona y el abad de Montserrat hagan de mediadores entre Cataluña y el Estado. Por el otro, Rajoy intenta seducir a los Obispos y ganarlos para su causa.
Así se presenta el miércoles 4 de octubre. Esta mañana, según apunta TV3, el vicepresidente, Oriol Junqueras, ha tenido un encuentro en el arzobispado de Barcelona con Juan José Omella, figura eclesiástica que encabeza la institución religiosa de la Ciudad Condal.
La idea del Govern de Cataluña es que tanto Omella como Josep Maria Soler, abad de Montserrat, ejerzan como mediadores e interlocutores por parte catalana en hipotéticas reuniones bilaterales entre Generalitat y Gobierno central.
Tanto el abad de Montserrat como el arzobispo de Barcelona rechazan tajantemente la “deplorable situación de violencia” en Cataluña. En ese sentido, tanto Omella como José María Soler solicitan “diálogo y oración”.
Los Acuerdos de la Santa Sede, en duda
El presidente del Gobierno, por su parte, se reunió este martes con Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y el propio Omella, en el Palacio de la Moncloa. En esa cita, Rajoy les pidió a ambos su colaboración y apoyo frente al conflicto catalán.
La decisión de la Conferencia Episcopal de apostar por el diálogo en la cuestión enfureció a gran parte del PP, que sintieron las críticas de los Obispos tan adentro que han llegado a pedir a sus seguidores que no marquen la X en la declaración de la renta de 2018.
Una propuesta igual o tan extraña como la frase procedente de un representante del PP (Javier Maroto), que pidió a la Iglesia que se metiera en sus asuntos, “no en política”.
Según el portal especializado en información religiosa, religioconfidencial.com, el enfado en el seno del Gobierno de Mariano Rajoy es tal que se plantea modificar los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado.
“Si hasta ahora hemos sido inflexibles en la defensa del marco de las relaciones, ante la presión de otras fuerzas políticas, lo mínimo que pedimos a los obispos es lealtad recíproca a la hora de afrontar las cuestiones que afectan al bien de España”, informa un miembro del Gobierno a ese portal especializado.
