Sin ducha, ni toallas y sin calefacción: las condiciones de los guardias civiles realojados en Cataluña

Cataluña

Sin ducha, ni toallas y sin calefacción: las condiciones de los guardias civiles realojados en Cataluña

La Benemérita se siente desamparada y critica el operativo policial diseñado por Interior.

Sin ducha, sin toallas y sin calefacción en una nave diáfana. Esa es la situación en la que viven los 250 guardias civiles – expulsados de Calella (Barcelona) – realojados desde este martes en unas instalaciones militares de Cataluña. “Los agentes han tenido que comprar sus propias toallas y para asearse deben salir a otra nave”, denuncia la Benemérita en un comunicado.

La Guardia Civil ha formado parte del dispositivo policial diseñado por el Ministerio del Interior con el fin de evitar la celebración del referéndum del 1 de octubre. Sin embargo, a la vista de lo acaecido, el “nefasto” operativo ha fracasado.

“La Dirección General y el Ministerio del Interior se han limitado a enviar a los trabajadores de la Guardia Civil a esta comunidad para dejarlos luego desatendidos y a los pies de los independentistas”, asegura la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), el sindicato mayoritario del Cuerpo.

“Muchas de las actuaciones del domingo resultan incomprensibles, dado el escaso efecto que iba a tener actuar en unos escasos colegios electorales respecto al número total de puntos de votación del referéndum ilegal. Pese a esta circunstancia, se expuso a los agentes a un alto riesgo y a las denuncias que ahora tendrán que afrontar a título personal”, denuncia la Guardia Civil en un comunicado.

Después de las imágenes y de lo sucedido el domingo, queda claro que el operativo confeccionado por Interior – y por el coronel Pérez de los Cobos – no fue eficaz. Aun así, se siguió adelante con un plan que hacía aguas. Se ordenó actuar a guardias civiles y policías en unos cuantos centenares colegios, pese a que eran conocedores que el fin último del operativo ya no podía llevarse a cabo. Esa es la versión que da la Guardia Civil.

Las causas de por qué falló el despliegue “radican en la no intervención de las urnas”. En cualquier caso, la AUGC considera que el Gobierno debería haber aprobado ya, “como mínimo”, el estado de alarma “para asegurar el restablecimiento de la normalidad de los poderes en una sociedad democrática”.

Por último, el sindicato mayoritario de guardias civiles invita al director general de la Benemérita a que acuda a ver “cómo se encuentran los agentes expulsados del hotel donde se alojaban, y comprobar cuál es su estado de ánimo actual”.

Además, insisten en que los guardias civiles y policías nacionales no se van a marchar de Cataluña, “pues tienen todo el derecho a vivir y trabajar en esta comunidad, de la que muchos de ellos son también originarios”.

La ‘expulsión’ de Calella

La localidad de Calella se ha convertido en un lugar simbólico para las partes implicadas en el conflicto catalán. Los sucesos han sido escrutados tantas veces que la noción de realidad acaba siendo etérea. Lo tangible es que miles de personas se congregaron la noche del domingo alrededor del hotel que hospedaba a decenas de agentes de la Guardia Civil para protestar pacíficamente contra la actuación policial que había sucedido durante la jornada del domingo.

La versión de los hechos de los testigos allí presentes es que varios agentes de la Benemérita vestidos de paisano se saltaron el cordón policial de los Mossos d’Esquadra y golpearon «indiscriminadamente» con porras extensibles a varios vecinos. Este es uno de los vídeo que circula por internet.

Por su parte, la Guardia Civil denuncia estar siendo víctima del acoso, del escrache y de las humillaciones provenientes de los manifestantes. Los agentes insisten en su comunicado que su trabajo es acatar ordenes. En este caso judiciales.

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