«Votarem»: la táctica comunicativa de la Generalitat gana terreno en la prensa extranjera

Cataluña

«Votarem»: la táctica comunicativa de la Generalitat gana terreno en la prensa extranjera

El atractivo visual de las manifestaciones de jóvenes pidiendo votar y la estrategia de comunicación del Govern respecto a los corresponsales da sus frutos, según las portadas de hoy.

Wall Street Journal

Las grandes cabeceras de la prensa internacional incluyen hoy sin falta la cuestión catalana en sus portadas ante la inminencia del 1 de octubre. Desde cómo la convocatoria del referéndum ha puesto entre la espada y la pared a los Mossos hasta la campaña de ‘hispanofobia’ del PP, pasando por Piolín, la prensa extranjera proyecta un relato mayoritariamente contrario a la independencia en el ámbito legal, pero en el que la narrativa del ‘Votarem’ gana terreno ante los últimos movimientos del Gobierno de Rajoy.

“Cataluña y España están dispuestas a hablar, pero Madrid califica el referéndum de ‘farsa’”, titula CNN, explicando que “depende de a quién preguntes”, el 1-0 es una apuesta por la democracia o una ‘charade’ (farsa), según palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis.

La cadena recoge las palabras de Raul Romeva, consejero de Exteriores catalán, cuando afirma que “queremos construir un estado moderno en Cataluña, abierto al diálogo con todos, con España, con Francia, con el resto de la UE. No se trata de la independencia de Cataluña, sino de cómo los catalanes deciden su futuro”.

Al otro lado, la consigna legal de España, en boca de Dastis: “España está dispuesta a hablar con todo aquel que cumpla con la ley y respete los procedimientos democráticos”.

“La batalla por la independencia de Cataluña evidencia la gran brecha de España”, titula el Financial Times, que resalta que el 1-0 ha generado una crisis institucional que dificulta las posibilidades “de forjar un nuevo acuerdo” entre Madrid y Barcelona. El extenso artículo da cabida al testimonio del diputado catalán de PDeCAT Antoni Castellá, y su relato sobre una lucha de liberación respecto al estado español tras décadas de maltrato que llegan a remontarse al siglo XVIII.

La disponibilidad de las voces soberanistas podría ser una de las claves. Según apuntan hoy dos artículos de El Confidencial y La Vanguardia, los corresponsales extranjeros podrían haberse abierto a ‘comprar’ este relato porque la estrategia comunicativa de la Generalitat ha dado sus frutos, mientras que el Gobierno central lleva años sin atender expresamente a la prensa extranjera y sólo ha reunido a los periodistas foráneos hace apenas unas semanas.

Financial Times también lleva a portada el problema de cómo el conflicto por la votación del domingo ha colocado a la policía catalana en el centro del huracán político.

El atractivo visual de estudiantes y ciudadanos catalanes reclamando en la calle poder votar parece haber contribuido igualmente a inclinar la balanza hacia los argumentos soberanistas. Hoy, en la portada de Europa del Washington Post, un artículo se hace eco de la “manifestación masiva de juventud y entusiasmo” de miles de estudiantes en el centro de Barcelona ayer. “Conozco a muchos amigos que defienden el sí y el no a la independencia. Pero la respuesta no puede ser enviar a la policía contra la gente. Eso significa que quien tiene más fuerza gana”, argumenta una de las estudiantes cuyo testimonio recoge la cabecera estadounidense.

El Wall Street Journal nos enfrenta a la imagen de una joven que simula estar amordazada por un cartel de “Quiero votar” para analizar de nuevo cómo los esfuerzos de Rajoy por “impedir que los catalanes voten el domingo” está poniendo a prueba “la lealtad de una de las instituciones regionales más firmes”, los Mossos.

“Cataluña es una región en proceso de reimaginarse”, destaca una columna de opinión en The Guardian. Sobre ella, otra aún más contundente: “Desde España hasta Iraq, los estados deben comprender que suprimir la secesión no funcionará”. El autor defiende que el centro de la cuestión no es “la secesión como tal, sino el centralismo que suele ser su causa”. Considera que “la devolución de derechos no es una opción, sino una necesidad”, en contextos como la disputad catalana para la que pide una solución de mayor autonomía como la del pacto con el País Vasco.

The Economist llega a analizar abiertamente la estrategia comunicativa soberanista: asegura que los esfuerzos de la Generalitat están enfocados a los parlamentos y medios extranjeros, más que en los propios Ejecutivos de los países del entorno. “Es un juego a largo plazo para conquistar la opinión internacional. Rajoy puede estar ganando la batalla legal inmediata, pero la guerra política en Cataluña está lejos de concluir”.

Más información