Reino Unido está desarrollando una estricta política de inmigración post-Brexit que significará obstáculos más duros para trabajar en el país para todos los inmigrantes de la Unión Europea, con excepción de los más cualificados, según un documento del Ministerio del Interior filtrado en la prensa británica.
El documento de 82 páginas ofrece una visión más detallada de cómo Reino Unido administrará sus fronteras durante el período de transición posterior al Brexit y una vez que el país haya roto permanentemente sus vínculos con la UE.
“Para ser considerado valiosa para el país en su conjunto, la inmigración debería beneficiar no sólo a los propios migrantes”, llega a señalar este borrador, publicado por The Guardian, que sugiere además un sistema de visas de trabajo de dos niveles: los trabajadores menos cualificados de la UE podrían obtener un permiso de residencia de no más de dos años, mientras que para los más cualificados los permisos podrán ser de entre tres y cinco años.
Asimismo, el documento sugiere la introducción de un umbral de ingresos “razonable, pero específico” para garantizar que los ciudadanos comunitarios que lleguen al país puedan mantenerse mientras están en las Islas.
Estas medidas, que supone una clara ruptura con el principio de libre circulación de la UE, harían que las normas aplicables a los inmigrantes de la UE sean mucho más parecidas a las que se aplican actualmente a los que vienen de fuera de Europa.
El Ministerio del Interior británico ha declinado hacer comentarios sobre el documento, aunque un alto funcionario ha señalado a Financial Times que está “anticuado” y que ha habido “por lo menos seis actualizaciones adicionales” del mismo.
