Trump no ha podido derribar Dodd Frank… pero Wall Street tiene razones para estar contento

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Trump no ha podido derribar Dodd Frank… pero Wall Street tiene razones para estar contento

Los gigantes bancarios de Wall Street se han anotado una serie de victorias discretas desde que Trump llegó a la Casa Blanca.

Donald Trump

Una de las primeras cosas que prometió el presidente de EEUU, Donald Trump, al acceder a su cargo, fue la derogación de Dodd-Frank, a su juicio un lastre para el sector bancario. Sin embargo, al igual que le ha ocurrido en otros frentes –la reforma sanitaria es ejemplo de ello- desmantelar la regulación financiera que impulsó Barack Obama en respuesta a la crisis financiera no está siendo tan sencillo como había pensado. Pese a ello, los grandes bancos de Wall Street no tienen motivos para quejarse por el momento.

El Congreso no ha revocado la Ley Dodd-Frank, como prometió el presidente, lo que significa que algunos de sus aspectos más criticados por los bancos, como la Regla Volcker, siguen en pie. Pese a ello, nueve meses después de las elecciones, los gigantes bancarios se han anotado una serie de victorias más discretas, según señala Financial Times.

En primer lugar, se encuentra un informe del Departamento del Tesoro del pasado mes de junio en el que se daban indicaciones de cómo pretende el secretario Steven Mnuchin que se encuentre el sector en los próximos años. Muchas de las recomendaciones de Mnuchin, un ex de Goldman Sachs, eran justo lo que pedía Wall Street, desde las concesiones en las pruebas de estrés a los requerimientos de deuda y liquidez a largo plazo.

En segundo lugar, algunas de las regulaciones pendientes de la anterior Administración, como las nuevas recomendaciones sobre los ahorros de jubilación, se han quedado congeladas a la espera de recibir la estocada final. Incluso partes de Dodd Frank que todavía estaban a la espera de ser implementadas, como las restricciones en el pago de incentivos a los directivos, parece poco probable que finalmente entren en vigor.

Pero quizás la más importante razón para que la gran banca esté contenta pasa por los nombramientos que está realizando la Administración Trump para las principales agencias reguladoras. Chris Giancarlo, un antiguo bróker, se pondrá al frente de la Commodity Futures Trading Commission; Jay Clayton, abogado y muy cercano a los bancos, se ha instalado en la SEC, la homóloga estadounidense de la CNMV. En la Oficina del Contralor de la Moneda se situará Joseph Otting, exbanquero y antiguo colega de Mnuchin, a la espera de la confirmación final.

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