Pluralidad nacional

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Pluralidad nacional

¿Alguien duda, por nacionalista español que sea, que en nuestro país el sentimiento regional, por decirlo en su expresión original, está muy acusado?

Sede del PSOE

¿Alguien duda, por nacionalista español que sea, que en nuestro país el sentimiento regional, por decirlo en su expresión original, está muy acusado? El tener cuatro lenguas oficiales y varios dialectos consolidados, además de acentos fonéticos en cada barrio o aldea y diversidades culturales, además de distintos pasados históricos, es una buena prueba de que entre los españoles hay diferencias, empezando por las lingüísticas. Esta es una realidad que no podemos negar y que además no tiene por qué ser algo malo si se sabe encauzar y respetar, algo que hasta ahora no se ha hecho o no se ha hecho bien.

Es evidente que tener una lengua común une. Es parte fundamental del milagro que ha sido la integración de cincuenta estados norteamericanos en una federación con una Administración conjunta en Washington, una ciudad autónoma respecto a las demás. Y es evidente que es uno de los problemas que plantea la integración europea que se intenta. Pero la realidad de cada caso hay que asumirla como es y para encontrarle soluciones satisfactorias están la política y los políticos dejando de mirarse de reojo unos a otros y utilizando adecuadamente todos los resortes que brinda la democracia.

Estos días se habla mucho del sistema plurinacional que propone el nuevo PSOE que lidera Pedro Sánchez para afrontar el problema catalán. Aunque la palabra plurinacional es suficientemente expresiva ignoro los detalles de la propuesta. Pero a las críticas que enseguida ha suscitado entre la derecha más acérrima, yo les contestaría enseguida que por lo menos es algo; que formular propuestas es una función de los partidos del mismo modo que no lo es enrocarse, como está haciendo el Gobierno de Rajoy, en la creencia de que parar el reloj implica detener el tiempo.

Algo hay que hacer, pensamos muchos, quizás casi todos, ante un problema como el que han planteado los secesionistas. Y, con acierto o equivocadamente, que eso está por ver y discutir, hay que decir que sólo el Partido Socialista ha presentado una iniciativa. La única. ¿Por qué no estudiarla, debatirla como se debe hacer con todo proyecto político, presentar alternativas e intentar aprovechar lo que supone tener una propuesta sobre la mesa? Tampoco se explica fácil la alarma con que algunos han acogido la idea que hay que apresurarse a añadir que no rompe nada.

La palabra nacionalidad está en la Constitución y en los estatutos autonómicos y por lo tanto la plurinacionalidad no es un término ni improcedente ni nuevo. Otra cuestión es cómo se configure el sistema de cara al futuro. El PSOE y otros partidos de izquierdas siempre han defendido un sistema federal que tampoco tiene porqué alarmar a nadie. Existe en muchos países donde es la solución, como los propios Estados Unidos, Alemania o Suiza, y en la práctica el rebuscado término de Estado de las Autonomías no es otra cosa sólo que descafeinada y por lo que estamos viendo insatisfactoria para algunos.

La propuesta del PSOE seguramente no es perfecta ni óptima. Pero cuando menos debería ser aprovechada para que quienes tienen la responsabilidad de gobernar en el presente y aspiran a hacerlo en el futuro se sienten ante una mesa, la consideren y presenten las suyas y las alegaciones a las ajenas para luego empezar a hablar y a negociar. Era más difícil y comprometido cuando se redactó la Constitución, con todo el “tejerismo” civil y militar en contra y se consiguió sacarla adelante y acabar convirtiéndola en la mejor de nuestra Historia.

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