Aumentan los expedientes a los profesionales críticos con la deriva de la sanidad pública: ahora Spiriman

Sanidad

Aumentan los expedientes a los profesionales críticos con la deriva de la sanidad pública: ahora Spiriman

El Colegio de Médicos de Granada abre un expediente a Jesús Candel. “Quieren callar voces críticas”, denuncia Alda Recas, expedientada por el Colegio de Enfermería de Madrid.

Jesús Candel, Spiriman

Los colegios profesionales están copando el protagonismo. Y en numerosas ocasiones por la polémica que mantienen con sus colegiados. Así ha sucedido con el Colegio de Enfermería de Madrid que decidió sancionar a cuatro enfermeras por haber interpelado “de forma intensa” al presidente del Consejo General de Enfermería y así sucedió con la médica Mónica Lalanda y el Colegio de Médicos de Segovia tras denunciar la precariedad en la que trabajaba. Una actuación que se ha reproducido en Andalucía con Jesús Candel, más conocido como Spiriman.

Los críticos vídeos de Spiriman contra la actuación de la Junta de Andalucía con la sanidad pública le han llevado al médico granadino a recibir una apertura de un expediente disciplinario por parte del Colegio de Médicos de Granada. “Tengo abierto dos expedientes: uno en el hospital porque dicen que trabajo mal, que no estoy en mi puesto de trabajo… una cantidad de mentiras con la que pretenden ir contra mí; pero luego tengo abierto otro con el Colegio de Médicos y tengo que presentar unas alegaciones”, ha lamentado Candel.

Y es que los problemas para el médico han ido creciendo a medida que la indignación con la situación de la sanidad granadina iba aumentando. Sin embargo, la Justicia ha ido de su mano: el Juzgado de Instrucción número 3 de Granada ya archivó la denuncia que interpuso el exviceconsejero de Salud Martín Blanco contra Candel, a quien acusaba de injurias y calumnias. Una decisión judicial que se tomó alegando que el profesional estaba ejerciendo su libertad de expresión.

Por ello, volviendo a hacer referencia a su libertad de expresión, Spiriman ha querido remitir a la institución granadina que “siempre me he expresado a título personal”. “No estoy de acuerdo que mis actuaciones individuales tengan que ser valoradas por un comité deontológico pues mi libertad de expresión no puede verse cercenada por el Colegio de Médicos y por su junta directiva a la que reitero mi respeto, pero a las que nunca he intentado involucrar ni les he pedido amparo”, ha matizado Candel.

No obstante, Spiriman ha pedido un paso al frente de los colegios profesionales. Menos sancionar y más denunciar las políticas que le han llevado a emprender su lucha: “Políticas que también debían haber sido rechazados por todos los colegios de médicos de Andalucía mediante todos los medios de difusión que tienen a su alcance”. Y más reprobando “a las dos personas que considero más responsables de la situación sanitaria creada: doña María Jesús Montero y don José Luis Gutiérrez”.

“Está siendo una práctica cada vez más habitual”

“Os necesito, ahora más que nunca” es el título del vídeo que lanzó la semana pasada Spiriman donde redacta la carta replicando al Colegio de Médicos de Granada. Aun así, el conflicto con los colegios profesionales ha ido más allá, tal y como sucedió en Madrid que el expediente a cuatro enfermeras ha llegado incluso al Congreso de los Diputados. “Quieren callar voces críticas que les son un problema para sus chiringuitos”, resume Alda Recas, portavoz de la Asociación Madrileña de Enfermería Independiente (AME) y una de las expedientadas, a ElBoletín.com.

Según Recas, esta práctica de “acallar voces que denunciamos los recortes y cómo se degrada la sanidad pública” está siendo “cada vez más habitual” en los colegios profesionales. Unos expedientes que se redactan pese a que las instituciones se amparan en un código deontológico que no juzga a los profesionales por un mal trato con el paciente sino por sus expresiones. “Los colegios están para mejorar a la profesión y no para amedrentar. Hay mucho camino por recorrer”, reflexiona la portavoz de AME.

Mientras tanto, la respiración de los expedientados se mantiene. Recas explica cómo es el proceso: si hay una denuncia de un tercero, el colegio abre un expediente –aunque el organismo puede ser el que denuncie-; se nombra a un instructor ‘independiente’ y las partes declaran. En ese momento, las cosas empiezan a chirría a la enfermera: “No me aceptaron un careo ni aportar testigos ni pruebas”. Todo depende del instructor hasta que decide mandar su resolución al colegio.

“El colegio es el que decide”, continúa Recas. De esta manera, si es el propio colegio profesional el que te denuncia, la decisión final, según la portavoz de AME, es del denunciante. “Te juzga un colegio que te debe proteger”. Históricamente la institución tomaba cartas en el asunto si había detrás una mala actuación asistencial, pero ahora la libertad de expresión empieza a coger fuerza. “Lo que ocurre es algo extraordinario”, recalca la enfermera a este medio.

Y es que la deriva del expediente puede finalizar en graves consecuencias. “Te pueden hasta inhabilitar”, apunta Recas. Pese a que la opción de ir a juicio (dos años de juicios) está presente, la experiencia del conflicto está ahí. “Con Spiriman se ve una vez más: van acorralando a los que pedimos mejorar”, concluye la portavoz de AME.

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