Torturas, violaciones y esclavitud en Libia, el nuevo muro «anti inmigración» pagado por la UE

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Torturas, violaciones y esclavitud en Libia, el nuevo muro «anti inmigración» pagado por la UE

Un informe revela que el 80% de los migrantes que cruzaron el Mediterráneo tras pasar por Libia sufrieron torturas y malos tratos, y casi todas las mujeres fueron violadas.

Jamal, de 23 años, somalí.

La tortura, las violaciones y el trabajo en condiciones de esclavitud forman parte de los horrores que cada día soportan las personas atrapadas en Libia tras huir de la guerra, la persecución y la pobreza que asolan los países de los que proceden, de acuerdo con un nuevo informe de Oxfam y sus organizaciones socias italianas, MEDU y Borderline Sicilia.

El informe recoge testimonios de hombres y mujeres que han llegado a Sicilia tras haber atravesado el mar Mediterráneo desde Libia. Muchas de estas personas relatan haber sido víctimas de bandas que las encerraban en celdas subterráneas para después ponerse en contacto con sus familias y pedir un rescate.

Un adolescente de Senegal cuenta cómo estuvo prisionero en una celda llena de cuerpos sin vida antes de conseguir escapar. Otras personas describen cómo recibían continuas palizas o apenas comían durante meses. Pero hay más testimonios, a cual más espeluznante.

Es el caso de Hamza, nombre ficiticio, con 30 años:

«Fui detenido por una banda armada mientras caminaba por Trípoli. Me encapucharon y me llevaron a una prisión subterránea. Me pidieron que exigiera un rescate a mi familia. Me golpearon y me hirieron varias veces con un cuchillo. Todavía tengo las cicatrices. Ya no tengo fuerza en los antebrazos. Uno de los músculos de mi brazo izquierdo quedó completamente desgarrado debido al maltrato. Estuve a punto de morir por las palizas que soporté para evitar a los traficantes que querían violarme. Violaban a hombres asiduamente. He visto todo tipo de violencia sexual”.

O este otro relato de Esther, de 28 años y procedente de Nigeria:

“Los hombres de uniforme eran violentos e iban armados con armas, barras de hierro y palos. Me pidieron dinero de chantaje. Me golpearon en todas partes del cuerpo y me obligaron a colaborar en la violencia sexual perpetrada contra las otras mujeres. Tengo cicatrices en la cabeza y el brazo derecho. Perdí a mi pobre hijo, en mi vientre, debido a las palizas que sufrí, y mi hermana murió por las palizas y los abusos. Perdí mucha sangre sin recibir ningún tipo de ayuda”.

Todas las mujeres violadas, casi todas las personas maltratadas

Oxfam y sus organizaciones socias hacen un llamamiento a Italia y otros Estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España, para que dejen de implementar políticas migratorias que impiden a las personas dejar Libia y los horrores que allí padecen.

Las ONG autoras del informe “Ya no eres humano” han recopilado 158 testimonios (31 de mujeres y 127 de hombres) que dibujan una terrible imagen de la situación que viven en Libia:

  • A excepción de una, todas las mujeres afirman haber sufrido violencia sexual.
  • El 74% de las personas refugiadas y migrantes afirman haber sido testigos del asesinato y/o tortura de alguno de sus compañeros de viaje.
  • El 84% dice haber recibido un trato inhumano o degradante, o haber sufrido violencia extrema o torturas.
  • El 84% señala que durante su estancia en Libia con frecuencia se les negaban alimentos o agua.
  • El 70% afirma haber sido atado.

«Estos testimonios componen una imagen espeluznante de las vidas de las personas refugiadas y migrantes en Libia”, declara Lara Contreras, responsable de Incidencia Humanitaria de Oxfam Intermón. Son una clara evidencia de las terribles consecuencias de las políticas europeas dirigidas a evitar la llegada de personas que escapan de la violencia, la esclavitud e incluso la muerte».

«Estas personas”, añade Contreras, “están escapando de la guerra, la persecución y la pobreza y, a pesar de ello, en Libia no hacen sino encontrar otro infierno. Es necesario anteponer a las personas. La Unión Europea y sus Estados miembros deben garantizar rutas seguras para las personas que tratan de llegar a Europa, para que tengan acceso a procesos de solicitud de asilo justos y transparentes».

Debido a la falta de rutas seguras, y tras el acuerdo de la UE con Turquía para deportar a los migrantes que alcance Europa por el camino menos peligroso, el Egeo, la del Mediterráneo central desde Libia a Italia se ha convertido en la principal vía de entrada a Europa para las personas refugiadas y migrantes. Desde 2016, más de 180.000 personas han llegado a través de esta ruta y, sólo en lo que llevamos de año, ya han llegado más de 95.000.

“España es de los países que han servido de ejemplo a la UE en el establecimiento de acuerdos con terceros países con el objetivo de frenar la migración. Por eso tiene la responsabilidad de incidir en la UE para que esta política cambie, garantizando rutas legales y seguras para la población desplazada”, concluye Contreras.

Dinero europeo

Aunque Libia es, en la práctica, un estado fallido actualmente, hace unos meses Europa aprobó destinar 130 millones de euros en convertir al país africano en su nuevo muro anti-inmigrantes, después del pacto con Turquía para deportar a los migrantes y refugiados que alcanzaran Grecia.

La UE dota de fondos y soporte a Libia para cerrar la ruta del Mediterráneo central, a pesar de que, según los propios datos de la UE, 1,5 millones de personas se encuentran en situación de emergencia humanitaria desde la guerra y la caída del régimen de Gadafi en 2011.

Hace más de medio año, la UE comenzó a formar a altos mandos del cuerpo de guardacostas libio para gestionar la emergencia migratoria en el Mediterráneo, enfrentar a las mafias que trafican con personas y que puedan ser competentes en el salvamento de pateras a la deriva.

Sin embargo, las últimas informaciones sobre sus actuaciones son los disparos recibidos por los barcos de la ONG española Proactiva Open Arms esta semana. Los guardacostas libios trataban así de alejar a los barcos fletados por ONGs de una zona caliente para decenas de embarcaciones sin combustible ni medios para alcanzar las costas europeas y, en muchos casos, tampoco para regresar a costa libia.

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