El BCE apostará por la continuidad a la espera de un septiembre decisivo

El BCE apostará por la continuidad a la espera de un septiembre decisivo

"Es verdad que aún hay factores que aún lastran la inflación. Sin embargo, actualmente se trata sobre todo de factores transitorios"

Banco Central Europeo BCE

En un momento en el que la inflación de la eurozona sigue todavía en un nivel bajo y el crecimiento de los 19 países del bloque marca sus mejores datos en años, todo apunta a que el Banco Central Europeo (BCE) se irá este jueves de vacaciones estivales sin aplicar cambios en su política monetaria expansiva. El Consejo de Gobierno de la entidad está llamado, según los analistas, a proseguir fiel a su guión, manteniendo los tipos de interés en su mínimo histórico del cero por ciento a la espera de que ya en septiembre el presidente del organismo, Mario Draghi, anuncie un repliegue gradual de su multimillonario programa de compra de deuda.

El discurso pronunciado por Draghi a finales de junio en la ciudad portuguesa de Sintra fue interpretado por muchos economistas como una señal de que Fráncfort es optimista en relación con la evolución de la economía de la zona euro, lo que le llevaría a empezar a retirar sus estímulos antes de lo inicialmente esperado.

«Es verdad que aún hay factores que aún lastran la inflación. Sin embargo, actualmente se trata sobre todo de factores transitorios», declaró Mario Draghi en la inauguración de la conferencia anual del BCE celebrada en Portugal.

En principio, la entidad monetaria tiene previsto mantener hasta al menos diciembre de este año sus compras mensuales de deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros (65.300 millones de dólares). No obstante, los matices que el presidente del BCE ha ido incorporando en el último mes en su habitual retórica aventuran un próximo cambio de estrategia de la entidad.

En la tradicional rueda de prensa posterior al Consejo del pasado mes de junio, Draghi dejó entrever que el organismo aparca, por el momento, nuevas bajadas del precio del dinero. Este detalle no ha pasado inadvertido para nadie, tampoco para los mercados.

«Todavía no hemos terminado nuestra misión. Necesitamos ser pacientes y persistentes», indicó el economista jefe del BCE, Peter Praet, a principios de julio en París, para a renglón seguido decir que la recuperación en la zona euro «parece haber cobrado mayor impulso».

Ahí radica la principal complicación que afronta Fráncfort, inmerso en un escenario en el que de forma paralela se registra un inesperado sólido crecimiento y una inflación que se resiste a acercarse al objetivo considerado ideal por la entidad, en un nivel cercano pero inferior al dos por ciento.

En junio, la tasa de inflación interanual en la zona euro se situó en un 1,3 por ciento, una décima menos que en mayo. Además, el nivel de precios es en muchos países de la eurozona débil desde hace tiempo, a pesar de que el BCE ha inyectado miles de millones de euros en la economía y al mismo tiempo ha mantenido los tipos de interés a un nivel extremadamente bajo.

Desde Sintra, Draghi recordó que por regla general cuando se amplía notablemente la cantidad de dinero y se ofrecen créditos baratos, esto provoca un incremento de la tasa de inflación a medio plazo.

A la espera de que la teoría económica tradicional surta efecto, el BCE también debe empezar a preparar a los mercados para que la retirada de su política monetaria ultraexpansiva no cause distorsiones en los parqués.

Septiembre figura ahora como un mes marcado en rojo en el calendario, en el que se espera que el guardián del euro dibuje su hoja de ruta de cara a 2018.

La mayoría de expertos espera que el Banco Central Europeo apruebe tras las vacaciones de verano (boreal) una extensión de su programa de compra de deuda de seis meses más (es decir, se mantendrá durante el primer semestre del año que viene) aunque con un importe inferior a los 60.000 millones de euros mensuales actuales.

Será el momento de la verdad, en el que se descifrará la frase pronunciada por Draghi tras el último Consejo de política monetaria de la entidad. «El BCE seguirá estando en los mercados durante un largo periodo de tiempo», dijo desde Tallin el mes pasado.

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