Las razones por las que ni Uber ni Deliveroo son economía colaborativa

Economía colaborativa

Las razones por las que ni Uber ni Deliveroo son economía colaborativa

Ninguna de estas dos empresas encaja en el concepto de economía colaborativa definido por Sharing España, la asociación de compañías vinculadas a los nuevos modelos de negocio.

Deliveroo

Las movilizaciones de los repartidores de Deliveroo han puesto en el punto de mira en las últimas semanas las condiciones laborales de este tipo de plataformas intermediarias que ofrecen trabajo de forma puntual para servicios concretos solicitados por sus clientes. Sindicatos, formaciones políticas y ciudadanos denuncian que se esconden bajo el paraguas de la economía colaborativa para ocultar una fórmula de empleo precario. ¿Pero son Deliveroo o Uber realmente economía colaborativa? La respuesta la da Sharing España, el colectivo de compañías vinculadas a los nuevos modelos de negocio: no lo son.

Ante el ‘boom’ de los nuevos servicios se han puesto en los últimos años esa etiqueta de consumo colaborativo, Sharing España y la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) decidieron publicar el pasado mes de marzo un informe para definir este concepto ambiguo y diferenciarlo de otros modelos similares, como la economía bajo demanda o ‘gig economy’. Es aquí, en esta última idea, donde encajarían realmente Uber, Deliveroo y oros servicios similares de reparto a domicilio como Glovo.

El documento, titulado ‘Los modelos colaborativos y bajo demanda en plataformas digitales’, delimita la economía bajo demanda como aquellos “modelos de consumo y provisión de servicios que se basan en la intermediación entre la oferta y la demanda generada habitualmente de profesional a consumidor (B2C) a través de plataformas digitales que no prestan el servicio subyacente”. Hay una contraprestación y habitualmente ánimo de lucro.

Es decir, entre los usuarios de Uber, Deliveroo y Glovo se establece una relación comercial, no hay colaboración. Esta es la diferencia, por ejemplo con BlaBlaCar (plataforma que sí engloban en el término de economía colaborativa), en la que los conductores que transportan a los pasajeros lo que buscan es compartir gastos, o lo que Adigital y Sharing España consideran como “un aprovechamiento eficiente y sostenible de los bienes y recursos ya existentes e infrautilizados”.

Volviendo a la cuestión del empleo, Adigital publicaba esta misma semana otro informe, en el que reclamaba regular el trabajo en plataformas digitales, principalmente en la ‘gig economy’, para evitar situaciones de injusticia y precariedad.

Uno de los aspectos más polémicos es la figura del falso autónomo que usan estas plataformas. Para los sindicatos, la relación laboral que Deliveroo mantiene con los repartidores “reúne todos los elementos de una relación laboral en la que sin embargo no existe cobertura para una prestación por desempleo, ni para una situación de incapacidad temporal, ni el derecho al descanso remunerado ni para unos vacaciones anuales retribuidas”. Los expertos consultados por Adigital abogan por “considerar la figura del autónomo como el régimen que mejor responde para dar encaje a la tipología de servicios que se proveen a través de plataformas”.

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