El banco que sobrevivió a Carlos V, a los Medici… y al BCE

Bancos europeos

El banco que sobrevivió a Carlos V, a los Medici… y al BCE

Monte dei Paschi di Siena, el banco más antiguo del mundo, logra salir adelante con un rescate de 5.400 millones de euros.

Monte dei Paschi di Siena

Intensas negociaciones y un tira y afloja a varias bandas que se han extendido desde finales del año pasado; sin embargo, finalmente Monte dei Paschi di Siena logrará sobrevivir. Eso sí, a cambio de un rescate público de 5.400 millones de euros, el banco más antiguo del mundo deberá recortar la plantilla en más de un 20% y reorientar su negocio hacia los minoristas y las pymes en la que es por ahora la última de las transformaciones que ha vivido a lo largo de su centenaria historia.

El rescate se ha orquestado tras unas duras negociaciones entre el Banco Central Europeo (BCE) y el Gobierno italiano, que finalmente ha logrado que la inyección de capital se orqueste como una “recapitalización cautelar”, evitando las más estrictas normas de la nueva regulación europea –que sí ha tenido que cumplir el Banco Popular-: el ‘bail in’, diseñado para que acreedores y accionistas soporten pérdidas antes de que un solo euro de dinero público sea puesto en un banco en apuros.

Tras un principio de acuerdo alcanzado a principios de junio, esta semana se desencadenaban los acontecimientos cuando la Comisión Europea confirmaba que Monte dei Paschi cumplía los dos requisitos que se habían acordado: que el BCE confirmase que el banco “es solvente y cumple los requisitos de capital”; y que Italia obtuviese el “compromiso formal” por parte de inversores privados para comprar la cartera de préstamos improductivos del banco.

No es la primera vez que Monte dei Paschi se enfrenta a problemas a lo largo de su historia, de la que sin duda puede presumir. El título honorífico de banco más antiguo del mundo obliga a remontarse al 1472, cuando fue creado como Monte Pío, una institución financiera pública autorizada a conceder préstamos en la entonces República de Siena a “pobres o miserables o necesitados” a un tipo de interés mínimo que por aquel entonces no bajaba del 7,5%.

La primera gran transformación la vivió casi 80 años después, cuando la República de Siena ya había sucumbido ante los ejércitos aliados de Carlos I de España y V de Alemania y del duque florentino Cosme de Medici, que en 1557 se adjudicó el antiguo Estado como un dominio feudal. Es en esa etapa cuando se comienza a desarrollar la entidad hacia créditos agrícolas y de tierras, lo que sería una de sus señales identificativas a lo largo de la historia. No obstante, se divide en dos instituciones: el Monte Pío y el germen del Monte dei Paschi, que permite ya la captación de depósitos.

Una vez finalizado el gobierno de los Medici, la región quedó bajo el control de la Casa de Lorena, que fue la que primero reunificó las dos instituciones y ya en el siglo XIX –y tras la interrupción que supuso Napoleón- convirtió al monte en una caja de ahorros de la ciudad de Siena.

Ya en una época más reciente, el banco volvió a dividirse en dos en 1995 a instancias del Gobierno italiano, en un movimiento similar al que protagonizaron 20 años después las cajas de ahorros españolas. De este modo, se crearon dos instituciones: Banca Monte dei Paschi di Siena y Fondazione Monte dei Paschi di Siena, una fundación dedicada a la obra social y las actividades culturales y científicas. En 1999, el banco debutó en la Bolsa de Milán y comenzó un periodo de expansión que lo convirtió en el tercer mayor banco de Italia. Su última gran compra, antes de que estallase la crisis mundial y se iniciaran las problemas, la de Antonveneta, que adquirió al Santander en 2007 por 9.000 millones de euros.

Monte dei Paschi ha esquivado la última bala de la crisis, pero ha corrido el riesgo de replicar la historia de otras entidades centenarias que han visto su final a raíz de la crisis financiera. Es el caso en España de Caja Madrid, fundada como Monte de Piedad por el Padre Piquer en 1702, y que finalmente desapareció tras el rescate de Bankia, a la que había cedido su negocio dentro del proceso de concentración de las cajas de ahorros. Su heredera es la Fundación Montemadrid, encargada de gestionar el patrimonio cultural que tenía la entidad.

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