Machismo y acoso sexual en la cumbre de la tecnología

Sexismo en Silicon Valley

Machismo y acoso sexual en la cumbre de la tecnología

Varias emprendedoras de Silicon Valley se han lanzado a revelar el acoso y sexismo sufrido cuando buscan financiación para sus proyectos.

Silicon Valley

Hace un par de semanas, el fundador y CEO de Uber, Travis Kalanick, abandonaba la startup tras una investigación por numerosos casos de acoso sexual en el seno de la compañía. Tan solo unos días más tarde, Justin Caldbeck, un destacado inversor de capital riesgo, dejaba su cargo en la incubadora Binary Capital después de que seis mujeres denunciaran públicamente que habían sufrido tocamientos y proposiciones inapropiadas cuando se reunieron con él en busca de financiación para sus proyectos. Los dos casos han vuelto a poner en el punto de mira el machismo reinante en Silicon Valley, especialmente a la hora de buscar dinero para levantar una nueva empresa.

Lindsay Meyer es una las mujeres que sufrió el acoso de Caldbeck. Comenzó en 2015, cuando el inversor le prestó 25.000 dólares (unos 21.800 euros) para poner en marcha una ‘startup’ de fitness y se creyó con el derecho de poder besarla. “Me sentía como si tuviera que tolerar, porque este es el coste de ser una emprendedora mujer y no blanca”, relata Meyer a The New York Times.

Aunque fue el medio especializado en tecnología The Information el primero que sacó a la luz las acusaciones sobre Caldbeck, el citado diario neyorquino publicó este fin de semana un reportaje en el que demuestra que machismo y el acoso sexual no es caso aislado en el ecosistema tecnológico, sino “un fenómeno generalizado y arraigado”. Cerca de 30 mujeres de la industria Silicon Valley han decidido poner las cartas sobre la mesa y contar al periódico los comentarios sexistas de inversores y compañeros o las dificultades para encontrar financiación.

Un dato que refleja la poca presencia femenina en el sector y la falta de apoyo por parte de los inversores: el año pasado, el capital riesgo ofreció 58.200 millones de dólares (cerca de 51.000 millones de euros) a emprendedores hombres, mientras que en caso de las mujeres la cifra se queda en los 1.500 millones (poco más de 1.300 euros). Y es que, casos como el que ha revelado Meyer desaniman a las mujeres.

El reportaje de The New York Times ha salpicado a inversores de riesgo muy conocidos, como Chris Sacca, jurado del programa de televisión ‘Shark Tank’ (‘Negociando con tiburones’). La empresaria Susan Wu (que también recibió proposiciones de Caldbeck) asegura que en una reunión, en la que la mayoría de los presentes eran hombres, Sacca le tocó la cara sin su consentimiento de forma inadecuada que la hizo sentir incómoda. El inversor se ha disculpado tras la publicación del artículo por “contribuir al problema” del acoso en Silicon Valley.

Otra figura destacada del capital riego que no sale bien parada es Dave McClure, famoso inversor y fundador de la aceleradora de empresas 500 Startups. Según Sarah Kunst, tras una reunión, McClure le envió un mensaje de Facebook en el que le decía: “Estaba confuso averiguando si debía contratarte o golpearte”. McClure, que ha reconocido acercamientos inapropriados hacia múltiples mujeres en situaciones relacionadas con el trabajo, ha salido también de la primera línea de 500 Startups.

La lista de casos que recoge el periódico neoyorquino, que asegura haber visto pruebas y mensajes que corroboran las acusaciones, es extensa. Rachel Renock, el directora ejecutiva de Wethos, recuerda que, cuando buscaban fondos para la firma, un inversor les recomendó casarse por dinero y sugirió que incluyeran fotos más atractivas en los documentos de presentación del proyecto. Por su parte, Wendy Dent, propietaria de la compañía Cinemmerse, asegura que un antiguo compañero, Marc Canter, se ofreció para ayudarle a encontrar un cofundador, sin embargo, al poco tiempo empezó a mandarle mensajes de carácter sexual.

Pero de lo que más se quejan estas mujeres es de la falta de apoyo por parte de la compañía y de los compañeros si alguna vez han contado una situación desagradable.

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