Señor ex tesorero del Partido Popular, reconozcamos sus excepcionales destrezas para acopiar recursos en negro que anotaba de manera minuciosa en la contabilidad “B” de Génova, admiremos también el modo de afanar para su peculio personal más de 50 millones de euros en Suiza, convencido de que “la caridad bien entendida empieza por uno mismo”. Pero su comparecencia ante la Comisión de Investigación del Congreso ha rayado en la insolencia, bajo el amparo del Presidente, el beneficiado Pedro Quevedo. Sobran pruebas de que el PP quiere hacer las paces vergonzosas con usted.
El principal índice de la Bolsa española empezó impasible la semana pese al ataque de Irán al país hebreo, pero finalmente cayó con fuerza…