El PSOE cambia de opinión sobre el CETA horas después de apoyarlo en el Congreso

PSOE

El PSOE cambia de opinión sobre el CETA horas después de apoyarlo en el Congreso

La confusión de los socialistas respecto al tratado económico con Canadá evidencia una división interna que, para Podemos, es buena señal.

Cristina Narbona, exministra de Medio Ambiente

La nueva presidenta del PSOE, Cristina Narbona, anunciaba ayer desde su perfil de Twitter un desconcertante viraje en la posición socialista respecto al CETA, el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá. Después de que sus compañeros de filas apoyaran el texto acordado en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Narbona escribía en la red social: “No lo vamos a apoyar”.

Respondía a un usuario que ironizaba que dar el sí al CETA “no es de izquierdas pero a Ciudadanos les encantará”. Narbona siguió contestando mensajes en esta línea y explicó que su posición pasa por una “globalización justa, garantizando derechos sociales y ambientales, frente a la globalización desregulada de las finanzas”.

Pero apenas unas horas antes el PSOE se opuso a apoyar las enmiendas dePodemos y ERC para frenar el acuerdo comercial en el Parlamento español. Los votos a favor de PP, PSOE y Ciudadanos aprobaron el dictamen del CETA presentado por el Gobierno de Mariano Rajoy, mientras los de Pablo Iglesias y los republicanos catalanes votaban en contra. Al pasar este trámite, el tratado llegará al Pleno del Congreso, y más tarde al Senado, para hacerse con el visto bueno definitivo del legislativo.

En Europa, el tratado ya cuenta con la luz verde de los Veintiocho y del Parlamento Europeo, a la espera de que la parte canadiense formalicé el ‘sí quiero’ al viejo continente mediante el acuerdo de libre comercio. No obstante, la UE requiere que el texto se ratifique en todos los parlamentos nacionales antes de comenzar su aplicación, y este proceso puede alargarse durante años.

En el debate ayer en la citada comisión, el portavoz socialista Ignacio Sánchez-Amor sostuvo que la posición de su partido sobre el CETA no había variado. Respondía así a las peticiones de Podemos, que veían en este trámite la primera oportunidad de que el PSOE de Sánchez se distinguiera del de la gestora. “Es una oportunidad para que sus votos coincidan con sus palabras”, defendía, Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos.

Pero tanto PSOE como Ciudadanos, además del PP, ya habían anunciado que tumbarían las enmiendas de Unidos Podemos. El partido morado presentó una enmienda a la totalidad por entender que dos capítulos concretos del CETA “violan preceptos fundamentales” de la Constitución española con «cesiones notables en materia de soberanía popular».

Esos dos fragmentos del CETA se refieren a la eliminación de límites al capital extranjero y otros efectos sobre las inversiones así como al modelo administrativo con que se implantará el tratado, a través de comités mixtos.

Podemos también propuso un requerimiento de inconstitucionalidad ante el TC, basándose en el artículo 95 de la Constitución, que fija que la celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional y que la pueden solicitar el Gobierno, el Congreso o el Senado, según recoge Europa Press.

División interna

Fuentes cercanas a Pablo Iglesias han trasladado a ElBoletin.com que el cambio de postura del PSOE supone al menos “un paso” en lo que su partido considera una buena dirección. En Podemos creen que las palabras de la socialista evidencian “que hay debate interno” y que la postura del PSOE ya no es un ‘sí’ en bloque al CETA. Apenas una hora despúes lo ha confirmado el líder morado en su perfil de Twitter:

En efecto, hace solo unos días que la diputada socialista Rocío de Frutos, fiel a Sánchez y que votó ‘no’ en la investidura de Rajoy, desveló que existe “una corriente en el partido que no apoya este tratado y los efectos que puede llegar a tener”, según declaraciones recogidas por esta misma agencia.

Más información