La que será de nuevo la primera ministra británica, Theresa May, fue la primera visita de Estado que recibió Donald Trump en la Casa Blanca. Apenas había pasado una semana de su investidura y la premier británica ya estaba en el Despacho Oval junto al magnate neoyorquino.
El afecto de May hacia Trump fue recíproco desde un primer comienzo, y el presidente estadounidense aceptó encantado la oferta de la británica de visitar oficialmente Reino Unido a lo largo de 2017. Sin embargo, cinco meses después, nada se sabe de esa visita.
No hay fecha programada y desde la Casa Blanca son esquivos a cualquier pregunta referida al tema. Lo poco que se conoce es que, según cuenta el diario The Guardian, Donald Trump le ha dicho a Theresa May que no visitará Reino Unido mientras haya posibilidades de protestas masivas contra su presencia.
Trump no quiero llegar a Londres y encontrarse manifestaciones que piden su ‘expulsión’. Change.org recolectó más de dos millones de firmas de británicos que exigían declarar persona no ingrata a Donald Trump y evitar de ese modo su presencia en las islas.
El propio Jeremy Corbyn ha aprovechado la ocasión para alegrarse de la, de momento, no visita de Donald Trump. El líder laborista ha recordado, entre otras cosas, que la última semana del presidente de EEUU se ha cubierto de gloria, al abandonar el acuerdo contra el cambio climático de Paris y criticar al alcalde de Londres, Sadiq Khan, tras los atentados de hace dos sábados.
De hecho, cabe la posibilidad de que haya sido la propia Theresa May la que haya pedido a Trump no emprender la visita oficial hasta nuevo aviso. La posición de la británica ha quedado maltrecha después de las elecciones y podría preferir guardar un perfil bajo estos primeros meses.
