Los sindicatos de Santander y Popular empiezan a moverse para evitar despidos

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Los sindicatos de Santander y Popular empiezan a moverse para evitar despidos

El Santander cuenta con 21.630 empleados, por los 11.000 de Banco Popular.

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Una vez que Banco Santander se ha hecho con el Popular, uno de los primeros focos se centra en los empleados que podrían perder sus puestos y las sucursales que tendrán que ser cerradas. A falta de tener unas cuentas detalladas sobre la mesa, el Santander ha prometido “continuidad” a la plantilla, pero aun así los sindicatos ya empiezan a posicionarse para que no haya salidas traumáticas.

CCOO, sindicato mayoritario en Popular y en Santander, se ha apresurado a solicitar “garantías para el empleo de ambas entidades así como el mantenimiento de las condiciones laborales, sociales y económicas de las plantillas”, al tiempo que ha mostrado sus esperanzas de que la solución adoptada por las autoridades europeas “sea también la mejor opción para la plantilla”.

“Una pésima gestión ha hecho imposible el mantenimiento de Banco Popular como una entidad independiente, que era la opción que prefería CCOO”, señala la formación sindical en un comunicado, que considera que hay que “lamentar” tanto la desaparición de un “banco emblemático” del sector financiero español, como “las consecuencias negativas que puede tener para la competencia y también para el empleo”.

En ese sentido, “en el caso de que la dirección del banco propusiera nuevos procesos de reestructuración y/o redimensionamiento, CCOO plantearía que los mismos se llevaran a cabo mediante acuerdos que, en ningún caso, supusieran la adopción de medidas traumáticas con respecto a las plantillas”.

CCOO, como sindicato mayoritario en ambas entidades, tiene la responsabilidad de liderar estos procesos y señala que lo va a hacer “con el norte puesto en la negociación pero sin permitir tampoco que sean las plantillas quienes paguen los platos rotos de las decisiones erróneas o a destiempo tomadas por algunas cúpulas directivas”.

El sindicato independiente FINE, por su parte, muestra su “preocupación” por las consecuencias que pueda tener la compra y avisa de que “velará” por los intereses de los empleados de ambas entidades. “Nuestro principal objetivo es defender todos los puestos de trabajo, que no haya recortes de personal, porque bastante ha sufrido ya nuestro sector como para seguir afrontando nuevos despidos, EREs o cierres de oficinas tras una operación como esta última”, subraya Luis José Rodríguez Alfayate, presidente de FINE.

A 31 de diciembre de 2016, Banco Santander contaba con 2.954 oficinas y 21.630 empleados, frente a las 1.570 sucursales de Banco Popular y 11.000 trabajadores.

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