El fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, tiene las horas contadas al frente de este cargo. Nadie duda ya de que renunciará tras la tormenta desatada al desvelarse que posee un 25% de una sociedad en Panamá junto a sus hermanos heredada de sus padres. Y es que se ha quedado solo. Moix ha perdido el apoyo tanto desde las filas del Gobierno como desde aquellos que respaldaron su nombramiento al frente de Anticorrupción, como fue la Asociación de Fiscales. Todos toman distancias con él.
La Asociación de Fiscales emitió ayer un comunicado en el que defendía que Moix “debe poner su cargo a disposición” del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, con el que este mediodía se verá en una reunión que acapara toda la atención mediática. Según este colectivo, el jefe Anticorrupción debe decir ‘adiós’ al entender que se ha comprometido “la imagen de imparcialidad de la institución” y que estas informaciones sobre la empresa panameña “suponen un menoscabo para la imagen de la Carrera Fiscal”.
El mensaje de los fiscales conservadores a Manuel Moix coincidió ayer con la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy de ponerse de canto ante esta polémica. Lejos de salir en su defensa la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dejó claro este miércoles en los pasillos del Congreso que “cuando se trata de nombramientos de la Fiscalía es a la Fiscalía a la que le corresponde los nombramientos y las situaciones administrativas que afectan a los fiscales y nosotros respetamos esa autonomía”.
Asimismo, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, subrayó que es a Maza al que “corresponde proponer un expediente para remover a Moix” de la Fiscalía Anticorrupción. “Es decisión del fiscal general”, remarcó.
El propio Moix reconoció ayer en una entrevista en Onda Cero que no tiene “ningún apego” en mantenerse en el cargo. “No tengo ningún interés en mantenerlo si se considera que no soy el más idóneo”, afirmó poco antes de anunciar que se reuniría con Maza para hablar al respecto. Una cita que tendrá como resultado, según La Razón, el fin del mandato de Moix al frente de la Fiscalía Anticorrupción. Es decir, su dimisión puede producirse este mismo mediodía.
El pleno de Congreso ya reprobó a Moix, así como al ministro de Justicia, Rafael Catalá, y al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, hace unas semanas con el apoyo unánime de todos los grupos del arco parlamentario, salvo el PP, por el ‘caso Lezo’. A pesar de ello los tres siguieron con sus responsabilidades.
