Desmayos, lesiones y convulsiones: así es trabajar en la ‘fábrica del futuro’ de Tesla

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Desmayos, lesiones y convulsiones: así es trabajar en la ‘fábrica del futuro’ de Tesla

“He visto a gente caer al suelo y hacerse heridas en la cara, nos mandan seguir trabajando a su alrededor mientras todavía están tendidos en el suelo”, asegura un trabajador de la compañía de Elon Musk a The Guardian.

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Coches eléctricos, baterías para el autoconsumo eléctrico, viajes espaciales… Elon Musk es el nuevo icono de Silicon Valley, el sucesor de Steve Jobs en sus ansias por revolucionar el mundo. Sus ideas visionarias se han trasladado también a la fábrica principal de Tesla, en Fremont, llena de robots gigantes que parecen sacados de una película de ciencia ficción, la “factoría del futuro” la han llegado a calificar. Sin embargo la realidad del día a día de la planta es muy distinta a la imagen proyectada por Tesla y su CEO: los trabajadores humanos que comparten el espacio con las máquinas hablan de desmayos, lesiones y un alto nivel de estrés.

La compañía ha tenido que acelerar la producción ante el apetito por el nuevo modelo de vehículo Model 3, del que la firma ha recibido ya más de 400.000 pedidos. Para hacer frente a la demanda, Musk se ha fijado como objetivo fabricar 500.000 coches en 2018, lo que supone un incremento cercano al 500% respecto a las cifras de 2016. Estas metas han elevado la presión sobre la plantilla de la planta de Fremont, a la que, según The Guardian, la ambulancia ha tenido que acudir unas cien veces en los dos últimos años.

Según los documentos a los que ha podido acceder el periódico británico, los empleados atendidos por los servicios sanitarios sufren desmayos, mareos, convulsiones, respiración anormal y dolores en el pecho. El medio ha hablado con 15 de los 10.000 trabajadores de la planta que aseguran estar sometidos a largas jornadas y a una intensa tensión que está afectado a su salud para poder cumplir con los ambiciosos objetivos de producción del CEO de Tesla.

Preguntado al respecto, Musk ha reconocido que la plantilla está viviendo “un tiempo duro, de muchas horas de trabajo y un trabajo intenso”, pero asegura que se preocupa mucho por la salud y el bienestar de sus trabajadores y que el historial de seguridad de la fábrica ha mejorado significativamente en el último año.

He visto a gente caer al suelo como un ‘pancake’ y hacerse heridas en la cara”, ha confesado a The Guardian Jonathan Galescu, un técnico de la producción. “Nos mandan seguir trabajando a su alrededor, mientras todavía están tendidos en el suelo”.

No es el único que habla de este tipo de incidentes. “Había un trabajador en mi fila, que siguió trabajando, trabajando, trabajando y lo siguiente que vimos fue cómo se desplomó en el suelo”, cuenta Mikey Catura, que trabaja en las baterías.

Es como si te murieses y fuese al cielo del trabajo automatizado”, señala otro trabajador de esta ‘fábrica del futuro’, Richard Ortiz. “Todo parece el futuro, menos nosotros”.

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