Había especial interés en saber cómo iba a responder Mariano Rajoy a las preguntas relacionadas con la presunta corrupción del Partido Popular y con el aparato judicial del Estado en la sesión de control de este miércoles. En ambos casos, el presidente del Gobierno ha negado la mayor y ha defendido su honorabilidad, la de Rafael Catalá, ministro de Justicia, y la de los principales fiscales.
Mariano Rajoy ha asegurado tener “plena confianza” en Rafael Catalá, en José Manuel Maza, fiscal general del Estado y en Manuel Moix, fiscal jefe Anticorrupción. Lo hace un día después de que todos los grupos del Congreso los reprobaran en sesión parlamentaria.
Sin embargo, a Rajoy esa acción no le ha provocado ninguna reacción política ni ejecutiva. Todo se queda como está y lamenta que la reprobación parlamentaria haya sido una suerte de pérdida de tiempo.
En respuesta a Antonio Hernando, líder del PSOE en el Congreso, Rajoy le ha pedido que “si usted sabe que yo no iba a cesar al ministro ni a los fiscales no sé las razones por las que me pide su cese. Le recomiendo que en el futuro no le haga perder tiempo a esta cámara”.
Esa ha sido una de las declaraciones más llamativas en una primera hora algo más plácida de lo que podría imaginarse en virtud de los presuntos casos de corrupción que azotan al Partido Popular y al poder judicial.
El presidente del Gobierno ha señalado que su equipo está llevando a cabo una lucha contra la corrupción que se centra en cuatro objetivos principales: “Prevenirla, mejorar los controles, perseguirla, descubrirla, y por último, castigarla. Por eso hemos aumentado las penas”, informa Rajoy.
En ese sentido, el presidente del Gobierno le ha pedido a Antonio Hernando que “apunte alguna idea para luchar contra la corrupción y defienda la presunción de inocencia”.
Hernando, por su parte, ha entendido irónicamente la confianza de Rajoy en las figuras reprobadas el martes. “¡Cómo los va a cesar si están haciendo lo que usted quiere!”, ha espetado el portavoz socialista, que por último ha pedido a Rajoy que “sea fuerte y de la cara ante el tribunal y olvídese del plasma”.
