La disputa entre la antigua Pescanova y la heredera de su negocio piscícola inaugura un nuevo capítulo. La vieja cabecera del grupo ha recogido en las cuentas de su primer trimestre fiscal una deuda de 140.000 euros por parte de Nueva Pescanova que, además atribuye a compromisos que debía haber afrontado al cierre del año pasado.
Este montante pendiente de pago se corresponde con el apoyo anual para asesores pactado entre la antigua matriz del grupo y la nueva cabecera. Esta es la cantidad que se corresponde con lo acordado para el ejercicio 2016 que al cierre del trimestre fiscal de Pescanova, que abarca desde diciembre del año pasado hasta febrero del presente seguía sin hacerse efectivo.
La documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este lunes recuerda que Nueva Pescanova está obligada a sufragar estos costes externos en virtud de lo que contempla el acuerdo suscrito entre la sociedad primigenia y su sucesora en 2015 y que fue clave para el reflote financiero de la sociedad.
En este sentido, dado que la antigua cabecera ha quedado relegada a una mera tenedora de acciones de la nueva, la mayor parte de los 104.000 euros que ha ingresado en el periodo para el que ha rendido cuentas se atribuyen a este convenio.
A falta de que se lleve a cabo la ampliación de capital que amenaza con arrinconar a menos de un 2% del capital de Nueva Pescanova a los antiguos accionistas de la sociedad primigenia, el 20% que esta aún conserva en cartera del capital de su sucesora se valora en poco más de dos millones de euros.
Pescanova ha logrado un resultado neto de 10.000 euros en este primer trimestre de su ejercicio fiscal. Esta cifra supone un 73% menos que un año antes, cuando se publicaron beneficios por 2,83 millones de euros, según la documentación remitida al supervisor bursátil. En cualquier caso, la compañía ha advertido de que estas cuentas no han sido auditadas.
