Jay Som alcanza la gloria con ‘Everybody Works’

El tocadiscos

Jay Som alcanza la gloria con ‘Everybody Works’

Melina Duterte, la nueva favorita de la crítica estadounidense.

Jay Som

Ya es oficial. La renovación del pop estadounidense, y del rock y de la música electrónica, está en marcha y es cosa de mujeres. Chicas muy jóvenes, además, estrictamente millennials que apenas si han superado sus primeras dos décadas de vida y aún así, tienen muy claro lo que quieren hacer y saben cómo hacerlo.

Hemos hablado aquí en los últimos meses de algunas de ellas. De Julia Holter, Frankie Cosmos o Vagabond, por ejemplo. Y, aunque no parece que haya mucha relación entre lo que hacen, al menos desde el punto de vista formal, lo cierto es que si comparten algunas características que quizá podamos empezar a considerar rasgos generacionales.

A diferencia de los usos y costumbres actuales en el rap o el pop de masas, estas chicas tiran muy poco del ‘sampler’. Sí utilizan todos las facilidades que la electrónica pone a su alcance pero su pensamiento es más analógico que otra cosa. A veces, muchas, graban sus discos en pequeños estudios domésticos. Y lo hacen todo ellas.

Pero cuando les toca presentar su música en directo lo hacen acompañadas por un verdadero grupo ‘analógico’. Y eligen la guitarra rítmica como instrumento de apoyo. Quizá para poder cantar con más libertad, aunque es obvio que conocen todos y cada uno de los sonidos que tendrían que materializarse sobre el escenario para que el resultado final fuera parecido a lo grabado.

Todas estas cualidades y características sirven también para hacer una descripción somera y rápida de Jay Som, llamada en realidad Melina Duterte, la responsable de este ‘Everybody Works’ del que nos ocupamos hoy. Un compendio de música nueva y estimulante que dura sólo 35 minutos y se extiende a lo largo de diez canciones variadas e intensas.

Nuestra protagonista tiene sólo 22 años nació en San Francisco vive en Oakland (California) y ha grabado también este disco sola, en su propio estudio doméstico. Y quizá sea la respuesta de la Costa Oeste de EEUU a esas luminarias de las que hablábamos antes y que viven y han crecido artísticamente en la Costa Este. Es decir, que son neoyorquinas. Con lo que volvemos a tener esa sana competencia entre territorios que tantas buenas tardes ha proporcionado a los aficionados al pop.

Esta es su segunda referencia publicada y también el primer álbum completo que graba. Antes, desde que tenía sólo 17 años grababa canciones en su cuarto y las subía a su página de Bandcamp. El repertorio Pero el repertorio abarca un rango estilístico amplio que va desde el pop pensado para las listas de éxito, al funk o al folk.

No lo hace mal. Y mejorará seguro. Le falta, en mi opinión, esa capacidad para conseguir la expresividad máxima con los ingredientes mínimos que tiene la mencionada Frankie Cosmos, mi cantautora millennial favorita. Pero, a cambio, su acercamiento a las atmósferas y su capacidad para crear ambientes sonoros atractivos quizá sea superior a la de sus competidoras.El año pasado junto nueve y se las envió a los responsables de Polyvinyl Records, que se entusiasmaron con ellas y editaron el primer álbum de la chica. Se llamaba ‘Turn Into’, y llamó poderosamente la atención de la crítica más especializada. La misma que se ha entusiasmado también y sin paliativos con este nuevo disco que Pitchfork ha impulsado con su más preciado galardón, la etiqueta de ‘mejor música nueva’.

Para los expertos de este portal estadounidense, Som ha escrito una de las obras cumbres del llamado ‘Pop de dormitorio’, por aquello de estar grabado en un pequeño espacio doméstico. Si bien, como ellos mismos dicen, en la actualidad incluso las grandes estrellas que cuentan con presupuestos multimillonarios usan las habitaciones de su casa para ‘maquetar’ inicialmente sus temas.

Yo no sé si será para tanto, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen. O eso decía mi abuela. Es un disco agradable, muy fresco y con buenas ideas en los arreglos. Bastante originales. Tal vez también un poco disperso y con ciertas influencias aún demasiado visibles. Entre ellas, como señalan los críticos del portal español Jenesaispop, Yo La Tengo, Vivian Girls, Tame Impala.

Aunque ella habla de si misma como una seguidora de la estética pop y mainstream de artistas de intenciones masivas como Carly Rae Jepsen. Vamos que aspira a ser la número uno y está dispuesta a echar un pulso con Beyoncé si es necesario. Pero, no va exactamente por ahí la cosa. O, por lo menos, a mi no me suena a eso. Para nada.

Aunque hay canciones con gancho pop y estribillos memorables como ‘The Bus Song’, el single y mi canción favorita del álbum, por el momento. Y se nota que se preocupa por los temas y que afila las melodías todo lo que puede para obtener ese impacto que solo tiene aquello que es pegadizo y adherente pero, a la vez, aspira a llegar a las profundidades del espíritu del oyente.

Así que definitivamente, creo que conviene seguir su pista. Lo mismo que la de sus compañeras de generación. No, amigos ‘babbyboomers’. No es ni mucho menos cierto que la mejor música pop de la historia se hiciera en los bellos años de nuestra indocumentada juventud. Estas chicas de veinte pisan fuerte. Y tienen mucha vida por delante para producir unas cuantas obras maestras de aquí a nada.

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