La promesa del presidente de EEUU, Donald Trump, de desmantelar la regulación bancaria impulsada por su predecesor, Barack Obama, en respuesta a la crisis financiera, ha recibido un fuerte respaldo del influyente Jamie Dimon. El presidente de JP Morgan Chase considera que el problema de los bancos ‘demasiado grandes para caer’ está “resuelto” y pide aliviar la carga regulatoria sobre el sector financiero.
En su carta anual a los accionistas, el presidente de JP Morgan sostiene que los grandes bancos estadounidenses han “aumentado” drásticamente los controles de capital, liquidez y riesgo en los últimos años, por lo que considera que es la hora de buscar formas de aliviar la carga reguladora sobre los grandes bancos, que han estado trabajando bajo un régimen que “es innecesariamente complejo, costoso y a veces confuso”.
Dimon reconoce que Dodd-Frank no debería ser desmantelada por completo, pero sí considera “apropiado” sacar el reglamento “a la luz del día” y “reelaborar” las partes de él que no funcionan tan bien como deberían.
“Las regulaciones deben ser lo suficientemente flexibles como para permitir que los bancos actúen como un baluarte contra los [pánicos del mercado], en lugar de forzar a las instituciones financieras a adoptar una actitud defensiva que sólo empeorará las cosas”, apunta en su carta.
Estas palabras están en sintonía con la promesa electoral de Trump de desmantelar toda la carga regulatoria sobre la banca impulsada por la anterior administración. Uno de los primeros movimientos tras su desembarco en la Casa Blanca fue de hecho firmar una orden ejecutiva para poner bajo revisión el entramado regulatorio de la banca.
La sintonía de Dimon con Trump, no obstante, no resulta tan sorprendente teniendo en cuenta que el equipo de transición del presidente de EEUU contactó con el banquero con la intención de que fuera secretario del Tesoro, aunque Dimon declinó el ofrecimiento.
