Pescanova decidirá sobre la ampliación de su heredera la víspera de que acabe el plazo

La crisis de Pescanova

Pescanova decidirá sobre la ampliación de su heredera la víspera de que acabe el plazo

Instalaciones de Pescanova

La ampliación de capital a la que el juez ha dado el visto bueno rebajará en un 35% la deuda de Nueva Pescanova pero también el peso inversor de la antigua sociedad. Pescanova decidirá en tiempo de descuento sobre la polémica ampliación de capital de su ‘heredera’. La histórica pesquera gallega ha anunciado este jueves que celebrará el próximo miércoles la junta en la que sus accionistas decidirán sobre su respaldo a la operación, cuyo plazo de adhesión finaliza solo un día después.
 
El juzgado mercantil de Pontevedra que instruye el proceso de reflote de Pescanova ha dado su visto bueno definitivo a la homologación judicial del acuerdo de refinanciación de Nueva Pescanova, según informa El Faro de Vigo. Con esta decisión, la nueva matriz del grupo gallego logra vía libre para sacar adelante una ampliación de capital de 350 millones de euros que, si bien rebajará su deuda en un 35%, reducirá a los accionistas de la antigua cabecera del grupo a un papel casi testimonial. Y el último día para que los acreedores se sumen al acuerdo es el próximo jueves 23 de marzo, el día siguiente a la fecha en la que finalmente celebrará junta de accionistas, en segunda convocatoria según se ha notificado hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
 
Ante la decisión judicial, la opción que finalmente tome Pescanova repercutirá únicamente en su futuro dentro de la nueva compañía, ya que la operación está asegurada por el núcleo duro de antiguos acreedores de la sociedad y ahora principales accionistas de la misma. Entre los nombres que aseguran el éxito de la operación están CaixaBank, Banco Sabadell, Popular, Abanca, Bankia, BBVA, UBI Banca, HSBC y el fondo británico SVP.
 
Otro posible adalid de esta operación sería el fondo estadounidense Broadbill. Los gestores de la antigua Pescanova exigieron a estos que descubrieran al completo sus intereses inversores en el grupo, tanto en la sociedad histórica reducida ahora a una mera tenedora de acciones en cartera, como la heredera de todo su negocio. Una iniciativa con la que se buscaba desenmascarar intereses más allá de los de sus socios de inversión en la vieja cotizada, cuyas sus carteras permanecen congeladas de negociación mientras no se resuelva la situación concursal en la que sigue inmersa.
 
Esta misma semana se ha conocido también que las huelgas convocadas en las plantas de Chapela y Porriño, que concentran una fuerza laboral de unos 400 trabajadores, lograron un seguimiento del 100%, según los sindicatos. Algo que se ha traducido en la primera vez en la que Pescanova ha detenido por completo su actividad de producción en los más de 50 años de historia con que cuenta la marca.

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