El ‘banco malo’ crea un nuevo foco de tensión entre Alemania y el BCE

Banco malo

El ‘banco malo’ crea un nuevo foco de tensión entre Alemania y el BCE

Sede del BCE

El BCE ve con buenos ojos la idea de la EBA de crear un banco malo para los créditos tóxicos de la banca. Los bancos europeos afrontan el lastre de un billón de euros en créditos morosos que dificultan la financiación de empresas y familias en un momento en que la economía del Viejo Continente intenta dejar atrás de una vez por todas la crisis. La respuesta, puesta sobre la mesa por la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) y vista con buenos ojos por el Banco Central Europeo (BCE), podría pasar por la creación de un ‘banco malo’ que se hiciese con estos activos tóxicos, pero Alemania ya ha avisado de que está en contra de este instrumento.
 
El pasado lunes, el presidente de la EBA, Andrea Enria, aprovechaba un discurso en Luxemburgo para abogar por la creación de un ‘banco malo’ europeo para los créditos morosos. El banquero italiano propuso consensuar un “valor económico real” para estos créditos improductivos para que posteriormente los comprase una nueva compañía de gestión de activos, que debería deshacerse de ellos en un plazo no superior a tres años a un valor económico real.
 
“Si no se logra ese valor, el banco debe soportar el impacto a precio del mercado y se ejerce una recapitalización pública con todas las condiciones que acompañan este proceso”, apuntaba el presidente de la EBA.
 
La idea ya ha sido vista con buenos ojos por el BCE. El portugués Vítor Constancio, vicepresidente de la institución, considera que “una compañía de gestión de activos a nivel europeo sería una iniciativa bienvenida, particularmente porque facilitaría la captación de financiación privada en el mercado”.
 
No obstante, Alemania ya ha dejado claro que no entra en sus planes. “Creemos que es bueno abordar el problema de los préstamos improductivos”, señala un portavoz del Gobierno al diario Handelsblatt, “pero no está claro para qué puede valer un banco malo europeo”.
 
Las reticencias de Alemania sobre este instrumento se deben a la posibilidad de que acaben mutualizándose las pérdidas de entidades griegas, italianas o portuguesas, obligando a sus contribuyentes a asumir parte de la carga.
 
La solución podría encontrarse en un punto intermedio, y la ha aportado el propio Constancio: ante las “dificultades” del actual entorno, el portugués ha planteado que una manera de avanzar en el futuro inmediato podría ser la creación de un modelo europeo de banco malo que “pudiera ser usado a nivel nacional”. Para el vicepresidente del BCE esta hoja de ruta serviría para clarificar las distintas posibilidades de acuerdo con la legislación actual.

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