La extraña amistad de Donald Trump y Elon Musk

La extraña amistad de Donald Trump y Elon Musk

    Elon Musk y Donald Trump

    El presidente de EEUU, que asegura que el cambio climático es un engaño, y el el CEO de Tesla, defensor de las energías limpias, han entablado una sorprendente amistad desde que el republicano ganó las elecciones. Parecen no tener nada en común: uno quiere reforzar las fronteras y asegura que el cambio climático es un engaño, el otro, inmigrante sudafricano, ha orientado su negocio a las energías limpias. Pese a ello, el presidente de EEUU, Donald Trump, y el CEO del fabricante de coches eléctricos Tesla, Elon Musk, han hecho muy buenas migas en los últimos meses. Una relación que la prensa al otro lado del Atlántico ya califica de ‘bromance’.
     
    Tan solo unos días antes de las elecciones estadounidenses, Musk cargó en una entrevista a CNBC contra el entonces candidato republicano, del que aseguró que no era “un buen reflejo de EEUU”, al tiempo que alabó las políticas ambientales de Hillary Clinton. Mes y medio después de estas declaraciones, el empresario de Silicon Valley se unió al consejo asesor estratégico del ya por esas fechas presidente electo.
     
    Desde entonces, se han encontrado en varias ocasiones. Esta misma semana, Musk ha sido uno de los ejecutivos de la industria que ha acudido a la Casa Blanca e incluso ha respaldado en Twitter la elección como secretario de Estado de Rex Tillerson, expresidente de la petrolera Exxon Mobil, todo un magnate de los combustibles fósiles.
     
    El líder de Tesla, que cerró hace poco la compra de la compañía de paneles solares SolarCity (de la que Musk ya era presidente y máximo accionista), ha defendido en una entrevista al medio de información tecnológica Gizmodo, que Tillerson apoya la introducción de un impuesto al carbono: “No hay mejor persona para que (este impuesto) se convierta en una realidad que Tillerson”.
     
    Precisamente, según New York Times, Musk le planteó este gravamen al presidente de EEUU y este no ha rechazado la idea… ¿conseguirá hacer cambiar de opinión a Trump sobre el cambio climático? De momento, parece que no, pues el mandatario ya ha ordenado a la Agencia para la Protección Ambiental eliminar la web que hablaba sobre el tema y ha firmado dos decretos para avanzar en la construcción de dos controvertidos oleoductos descartados por la administración Obama por su impacto en el medio ambiente.
     
    Aún así la sorprendente y repentina amistad entre Musk y Trump se está dejando notar en la cotización de Tesla. Desde diciembre, las acciones del fabricantes de coches eléctricos se han revalorizado más de un 30% y han recibido un fuerte respaldo de los analistas. Adam Jonas, experto de Morgan Stanley, aún ve a los títulos un potencial de otro 30%, pues les otorgado un precio objetivo de 305 dólares, desde los 250 dólares que cuestan actualmente.
     
    Jonas argumenta esta valoración con la “importante línea de comunicación” que mantienen el CEO de Tesla y el mandatario de EEUU y augura que a Musk le irá mejor en la ‘era Trump’ que durante la presidencia de Obama.
     
    Pero, ¿qué ha unido a Trump y a Musk?
     
    ¿Qué ha llevado a Donald Trump ha fichar a un defensor de las energías limpias a su gabinete? Una de las razones que apuntan los expertos es la creación de empleo en EEUU. Tesla tiene sus fábricas en el país norteamericano y en ellas trabajan 25.000 personas, una cifra que se multiplicará para acelerar la producción de su nuevo coche, el Model 3. Además, el pasado verano inauguró una gran fábrica de baterías en Nevada.
     
    Además, tienen un amigo en común, Peter Thiel, que trabajó con Murk en PayPal y fue uno de los pocos ejecutivos de Silicon Valley que apoyó públicamente al republicano en su carrera a la Casa Blanca.
     
    La conquista espacial
     
    El diario Washington Post apunta a una tercera razón: la conquista espacial. Elon Musk es además de SpaceX, una compañía de cohetes y tecnología espacial con la que quiere llegar a ‘colonizar’ Marte. De ser así, EEUU repetiría la hazaña de ser los primeros en llegar a la Luna, algo con lo que Trump se aseguraría dejar una imborrable huella de su presidencia.

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