Más de la mitad de los europeos cree que el euro desaparecerá en 10 años

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Más de la mitad de los europeos cree que el euro desaparecerá en 10 años

Billetes de euro

Solo el 16% de los europeos ve con optimismo el futuro de la Unión Europea, siendo España el país más optimista. Europa es pesimista respecto a su propio futuro como unión, y, en general, sobre el futuro del euro y la situación económica. De hecho, más de la mitad cree que el euro desaparecerá en 10 años y solo el 16% ve con optimismo el futuro de la Unión Europea. España, no obstante, es uno de los países más europeístas y optimistas ante el contexto comunitario.
 
Estas son algunas de las conclusiones del barómetro Cambridge Monitor, elaborado por Cambridge University Press basado en encuestas a más de 3.000 personas (1.051 solo en España) que representan las seis principales economías europeas: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca y España.
 
Dinamarca es el país con más apasionados europeístas, según este estudio, seguido de España, aunque en términos generales el sentimiento comunitario cae. Solo una de cada cuatro personas afirma tener un vínculo fuerte o muy fuerte hacia Europa y lo que esta representa. Reino Unido e Italia son los países que reflejan el grado más alto de desafección, con un 26% y un 19% respectivamente.
 
Además, la confianza en la supervivencia del modelo europeo es aún menor. Solo el 16% de los europeos ve con optimismo el futuro de la Unión Europea, siendo precisamente España el país más optimistam, con un 21%. Los más pesimistas son los británicos: el 61% de los encuestados lo ve así frente al 11% que tiene una visión más optimista. Un sentimiento que se reflejó en el resultado del referéndum sobre el Brexit.
 
El 54 % de los europeos cree que el euro desaparecerá y el 80% considera que con la moneda única se ha perdido poder adquisitivo. Además, en general, el 84% considera que la política de recortes es negativa para la UE.
 
Factores que influyen en el pesimismo europeo
 
La terrible valoración que los europeos hacen de las instituciones europeas está en el germen de esta situación, según el estudio. De hecho, el 76% de los encuestados valora de forma muy negativa o bastante negativa a sus representantes políticos, y el 92% de los europeos considera que Europa necesita una regeneración política. También suspenden claramente la Banca, el Parlamento Europeo y el BCE-, pero hay también factores que responden a razones no vinculadas al contexto paneuropeo.
 
Tiene peso -cada vez más- el marco político internacional. El auge de los populismos hace estragos también en Europa y los resultados de elecciones como las de EEUU, o el referéndum del Brexit aumentan la desconfianza en la supervivencia del status quo.
 
La salida de Reino Unido de la UE es visto como algo muy negativo y preocupante por el 77% de los europeos. Lo mismo ocurre con la llegada de Donald Trump al poder que es considerada una amenaza a nuestra libertad por el 48% de los europeos, un porcentaje que insatisfacción que se dispara en España hasta el 70%. Tres de cada diez europeos cree que aumenta el riesgo de una nueva guerra mundial, seis de cada diez que afectará a nuestra estabilidad, y uno de cada dos que tendrá efectos negativos en la economía, el medio ambiente o incluso la OTAN. Todo esto llega con efecto mariposa incrementando también el poder de partidos totalitarios y tres de cada diez europeos ven posible que estos alcancen mayoría en las próximas décadas.
 
Por otra parte, la gestión de las crisis migratorias se ve con un alto rechazo. El 83% cree que Europa podría y debería hacer más y el 75% se siente incluso avergonzado.
 
La nueva realidad social se ve también reflejada en las preocupaciones de los europeos. El terrorismo yihadista supera a la situación económica en la mayoría de los países. No es así en España, donde el paro y la economía se sitúan por delante del terrorismo yihadista en la escala de preocupaciones.
 
Tópicos entre vecinos europeos
 
El estudio también analiza las percepciones intraeuropeas, y la realidad es que lo que no ha cambiado en este último año es la visión que tenemos de los distintos países de la unión. Los tópicos sobre las principales cualidades -positivas o negativas- de los países de la UE se mantienen inalterables.
 
¿Ha mejorado la marca España? ¿Qué atributos le asignan como país? España puede presumir de ser un país social. “Simpáticos, hospitalarios, solidarios, atractivos, capaces de reírnos de nosotros mismos e incluso muy buenos en la cama”, ahora bien, está muy lejos del ranking en lo que se refiere al potencial de desarrollo económico. Con el peor nivel de inglés de la Unión Europea, España no consigue ascender posiciones en otros terrenos: está a la cola de Europa en las habilidades ligadas al desarrollo, como la innovación, la responsabilidad, capacidad de trabajo, cultura, creatividad, educación, etc.
 
En términos generales, los europeos mejor valorados son los daneses. Los más criticados los griegos. Los más innovadores y trabajadores, los alemanes. Los más creativos, los daneses y los italianos. Los más progresistas y cultos, los daneses. Los más conservadores, los británicos. Los más educados, los daneses, los menos, los griegos. Los más ecologistas, daneses y holandeses. Los más simpáticos, los españoles. Los menos, los alemanes y franceses. Los más atractivos, los españoles. Los mejores en la cama, los italianos y españoles. Los peores, los alemanes y los belgas. Los más corruptos, italianos y griegos. Los más que más alcohol beben, los ingleses y alemanes. Los que tienen mejores condiciones de trabajo y sistema educativo, los daneses.
 
Felices a pesar de todo
 
A pesar del pesimismo generalizado, el 55% de los europeos se siente feliz, mientras que solo un 15% se siente infeliz. Los europeos más felices son los franceses (62%), seguidos de Reino Unido y Alemania. Por su parte, los más infelices los italianos. Solo el 44% se describe feliz.
 
Desde luego, la situación económica es decisiva. Existe una clara correlación entre clase social y grado de felicidad: mientras que los ciudadanos de clase baja muestran un grado de felicidad de 3,16 (escala 1-5), los de clase media muestran un 3,55 y los de alta un 3,78. Sin embargo, resulta interesante observar que mientras el conjunto de europeos considera que los daneses son los más felices, los propios daneses no parecen estar tan de acuerdo con esta afirmación: cuando se pregunta país a país por el nivel de felicidad, Dinamarca aparece en penúltimo lugar, con un 3,34 sobre 5 y solo por delante de Italia (3,22 sobre 5).   

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