Vaticinios de las caracolas cubanas

Desde el Malecón con...

Vaticinios de las caracolas cubanas

La Habana

La brujería acompaña al cubano desde su nacimiento. Desde el más simple ciudadano hasta las más elevadas cumbres del poder. Unos porque creen en esos ancestrales ritos traídos a la isla por los esclavos africanos; otros, por mero folclor, lo incuestionable es que la llamada “brujería” acompaña al cubano desde su nacimiento. Desde el más simple ciudadano hasta las más elevadas cumbres del poder.
 
Lo cierto es que desde cada botella de ron que se descorcha, se vierten unas gotas  para el “santo”, y que en muchas casas el vaso con agua “espiritual” se encuentra medio oculto en algún rincón del hogar. Por eso, y algo más, la gente espera con ansiedad que un grupo selecto de sacerdotes o “babalawos” de la religión Ifá lancen sobre una tela de terciopelo las caracolas para un ejercicio de interpretación por las formas que ocupan, nos avisen, alerten y recomienden cómo será el año que recién comienza.
 
Hay más tranquilidad entre los seguidores de estos rituales o creencias porque desde hace un año decidieron unirse los dos grupos que emitían la conocida Letra del Año. Ahora es una sola y no debe prestarse a equívocos.
 
Hasta yo, que no creo ni en mi sombra y soy partidario de Santo Tomás por el aquello de ver para creer, me he asomado a la Letra para enterarme y poder comentarles.
 
Pues tendremos, contra todo pronóstico de los economistas, unos doce meses de obtención de dinero y bienes económicos gracias a Olofín, dios creador yoruba.
 
Y dice la traducción:
 
“La profecía favorable de suerte grande proveniente del cielo, suerte que normalmente se manifiesta primeramente a través del desenvolvimiento y la obtención de dinero y bienes económicos, suerte que es firme y segura gracias a Olofín”.
 
Vivir por ver en este pulso de economistas y “babalawos”.Unos, con los números y otros con las caracolas, que me temo se haya colado una falsa, la de la pasta y los bienes económicos.

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