Nueva Pescanova pierde su última batalla judicial contra los accionistas históricos

La crisis de Pescanova

Nueva Pescanova pierde su última batalla judicial contra los accionistas históricos

Instalaciones de Pescanova

Unos meses antes, Nueva Pescanova había presentado otra demanda en torno a los supuestos privilegios que se habrían reservado los accionistas de la antigua cabecera. Los accionistas de la antigua Pescanova se apuntan victoria judicial contra los gestores de la nueva cabecera del grupo gallego. El juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra ha desestimado la demanda en la que se acusaba a los primeros de haberse arrogado privilegios de cara al proceso de reflotación financiera de la compañía.
 
Desde Nueva Pescanova se solicitaba incluso una indemnización por las supuestas ventajas que la antigua matriz de la compañía se habría reservado en los acuerdos de fusión y doble segregación. Así, la actual cabecera ha sido además condenada al pago de las costas procesales, un gasto sobrevenido que promete dilatar aún más el dilatado camino de regreso a Bolsa de la pesquera pontevedresa.
 
El documento judicial desestima todas las “pretensiones principales” de Nueva Pescanova frente a la antigua matriz, que ha quedado reducida a una simple tenedora de acciones de la nueva cabecera, de la que aglutina solo un 20% de participación. Un porcentaje que, además, en caso de que finalmente salga adelante la ampliación de capital prevista por los antiguos acreedores de la compañía podría quedar reducido a una posición meramente testimonial por el efecto dilutivo de la medida.
 
Los privilegios hacia los que se apuntaba eran la obligación de Nueva Pescanova de prestar “libre de costes” para la antigua cabecera “apoyo administrativo, fiscal y legal” por un periodo de cuatro años que comenzó a contar el pasado 1 de diciembre de 2015, así como por el derecho a disponer de un edificio de oficinas del grupo sin ningún coste alguno. También por la retención de una garantía de 1,9 millones de euros vinculada a un crédito de 50 millones de euros que Pescanova tiene con su heredera.
 
Frente a estas acusaciones, la vieja cotizada suspendida de negociación desde marzo de 2013, alegó en el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que todos estos pormenores de la relación existente entre ambas compañías se rige por los acuerdos pactados dentro del marco de reestructuración. Del mismo apuntó que, en el momento de su aprobación, no merecieron “la acción de impugnación por cualquiera de los sujetos legitimados”, incluidos los acreedores del grupo.
 
En aquel momento, la antigua cabecera aseguró igualmente que la presentación de esta demanda no respondía a otro propósito que el de enfrentar a las dos sociedades y también resquebrajar la unidad entre los accionistas históricos de la sociedad. En este sentido, unos meses antes Nueva Pescanova había presentado una primera demanda de contenido similar a la que ahora ha sido desestimada aunque con distintas pretensiones.

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