¿Lapsus?, ¿planes?, ¿advertencia?, ¿amenaza?

¿Nuevas elecciones?

¿Lapsus?, ¿planes?, ¿advertencia?, ¿amenaza?

Urna electoral

Los opinadores, oficiales u oficiosos, es decir, todo el mundo, no para de darle vueltas a las aparentemente inocuas palabras de Mariano Rajoy. Los opinadores, oficiales u oficiosos, es decir, todo el mundo, no para de darle vueltas a las aparentemente inocuas palabras con las que Mariano Rajoy se despidió de sus correligionarios el jueves pasado en una cena navideña del Partido Popular. El presidente, que en las distancias cortas es cordial, desde las tribunas suele ser parco en palabras y comedido en ideas. Cuesta saber si es que no le sobran o que las que tiene reprimidas y  las administra con verdadera maestría gallega.
 
El presidente, no consta si por ironía inercial después del año electoral que termina o si porque aprovechaba para dejar en el aire algún tipo de mensaje, terminó su discurso con una  enigmática alusión a unas hipotéticas próximas elecciones. Fue una frase que dio que pensar y qué especular durante un fin de semana que políticamente, más allá de las reyertas podemitas, se anticipa amorfo. ¿Por qué Rajoy, que con tanta precisión suele calcular sus frases, mencionó a la soga en casa del ahorcado?
                  
En el ambiente político de este comienzo de Legislatura todavía influye la pesadilla de diez meses de tiras y aflojas en torno a nuevas elecciones sí o nuevas elecciones no, como  para que cualquier alusión no alarme a propios y especialmente a extraños. Como no hay mucho nuevo de qué hablar y sobre todo por esa propensión tan de moda a preocuparse desmesuradamente de lo anecdótico, el asunto ha cobrado relevancia hasta convertirse en tertulias y cenáculos en cuestión de inminente trascendencia nacional.
La mayor parte de las interpretaciones se inclinan por la tesis del lapsus o de la ironía mal administrada. Pero hay que reconocer que la alusión también se presta a otro tipo de interpretaciones o suspicacias. ¿Una advertencia quizás a los partidos de la oposición que parecen empeñados en revertir todo el conglomerado legislativo que la mayoría absoluta Popular impuso la Legislatura pasada: LOMCE, Ley Mordaza, Reforma Laboral…?
                  
Hay quien va más lejos y ya intuye que Mariano Rajoy está ganando tiempo y acumulando argumentos para, aprovechando el desarbolamiento del PSOE, el batiburrillo de Podemos y la aproximación a la insignificancia de Ciudadanos, allá por el mes de abril o mayo venderles a los electores la imagen victimista de quien lo intentó y no le dejaron hacerlo. Juega para ello con la ventaja de que unas elecciones a corto plazo no interesan a nadie  más y menos que a nadie al PSOE. ¿Lapsus o advertencia? Me quedo con la segunda.

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