Cuba resiste y Matthew embiste

Desde el Malecón con...

Cuba resiste y Matthew embiste

Bandera de Cuba

El agua, el mar y el viento hacen de las suyas. Ya previo a su llegada, numerosas zonas se encontraban incomunicadas por teléfono y carreteras. Sin “honores” dado su alto rango y ya con Fidel Castro imposibilitado físicamente de recibirle, tal era su costumbre confesada públicamente, el huracán Matthew toco tierra este martes a las 6pm hora local por la zona conocida como Punta Caleta, en la  oriental provincia de Guantánamo.
 
Entretanto, el presidente Raúl Castro, en unión de un grupo de ministros, permanece en la región desde el pasado viernes.
 
Si la isla, como se conoce, semeja un gran caimán, el meteoro se limitó a una lenta y mortífera caricia por el hocico del animal hasta que tome su camino  hacia Bahamas y luego a la costa oriental de la Península de La Florida. En tierra no se ha movido prácticamente para azotar en un rango de 180 km por hora.
 
“Ojo con el ojo”, se ha encargado de advertir el especialista José Rubiera a los pobladores de una zona jamás afectada por un “monstruo” de esa magnitud.  El ojo no es otra cosa que el centro del huracán y dispone de unos 30 km de diámetro donde sale el sol, no llueve y si es de noche, hasta las estrellas se pueden contar. Fuera de esos 30 km la furia es descomunal y agresiva.
 
El agua, el mar y el viento hacen de las suyas. Ya previo a su llegada, numerosas zonas se encontraban incomunicadas por teléfono y carreteras.
 
A punto de terminada la medianoche, con olas de cinco metros de alto, resulta completamente difícil evaluar la magnitud de la tragedia. “Baracoa está destrozada” se le escuchó con mucha dificultad a un periodista que rendía su informe desde la primera villa fundada por españoles. Un ciudadano, Bárbaro Abad, logró comunicarse con la televisora guantanamera. “Un azote constante. El techo de mi casa no existe; el del al lado, no existe; el otro, no existe…”.
 
Para colmos, se ha formado otra tormenta tropical en el Atlántico. Se llama Nicole y desde ya es objeto de seguimiento.
 

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