El emperador de Japón quiere abdicar

El emperador Akihito reconocer que su frágil estado de salud le preocupa. En 1817 el emperador Kokaku renunció a su trono. Desde entonces ningún emperador de Japón ha vuelto a abdicar. Sin embargo, la opción de renunciar al trono nipón vuelve a planear sobre Japón. En una intervención televisiva de diez minutos, el actual emperador de Japón, Akihito, ha reconocido que su débil estado de salud podría “tener efectos adversos para la sociedad nipona” al encontrarse en dificultades para llevar a cabo su papel de jefe de Estado.
 
«Cuando un emperador enferma o su estado de salud es grave, me preocupa que, como ha sucedido en el pasado, la sociedad entre en punto muerto o la situación pueda impactar en las vidas de la gente” ha señalado al respecto Akihito, sugiriendo de ese modo su deseo de abdicar. El problema a resolver es cómo se puede llevar a cabo un proceso de abdicación en un país cuya legislación no la contempla. El primer ministro nipón, Shinzo Abe, ha tomado la palabra del emperador y ha asegurado tras periodo de reflexión buscará vías que puedan hacer cumplir el deseo de Akihito. Esas vías pasan ‘sí o sí’ por una reforma del marco legal vigente que faciliten la sucesión en el cargo al hijo del emperador, Naruhito.
 
El soberano japonés ha confirmado lo que varios medidos ya habían anticipado. Su debilidad física podía hacerle planear su abdicación. “Hay momentos en que siento varias limitaciones por mi condición física», ha subrayado Akihito. El emperador lleva años sufriendo diversos problemas de salud. En el 2003 se enfrentó a un cáncer de próstata, en 2011 sufrió una neumonía y un año más tarde se sometió a una operación de bypass de corazón.