¿Condena divina o humana?

Virus Zika

¿Condena divina o humana?

Ignoro si sufrimos una condena divina o humana por vivir obsesionados con el sexo, pero la realidad es que el engorro del preservativo nos persigue. Ignoro si sufrimos una condena divina o humana por vivir obsesionados con el sexo, pero la realidad es que el engorro del preservativo nos persigue. Quizás porque el sexo en infinidad de casos es pecado, y los pecados no prescriben, el condón sea el castigo terrestre que amenaza nuestra concupiscencia. La historia está llena de penalidades vitales impuestas por las enfermedades venéreas que amenazan desde que el hombre es hombre y la mujer, mujer, y por mucho que hayan venido los antibióticos en nuestro socorro nada parece haber cambiado con el correr de los años.

Antes era la sífilis, el chancro y la gonorrea las enfermedades terribles que ponían freno los sábados sabadetes a las camisas limpias para irse de escarceos nocturnos. Entonces la confesión oportuna calmaba un poco la conciencia el domingo pero el escozor cuentan que enseguida arreciaba a la hora de mear y los temores a males mayores, sin desdeñar el contagio a la pareja, aumentaban hasta llevar a un anticipo de los dolores con que la cana al aire concluirían en el infierno. Las ciencias avanzaron con remedios eficaces, Fleming sacó de muchos apuros, pero el riesgo, no.

La esperanza puesta en que aquella maldición fuese vencida duró poco: Pronto irrumpió el sida entre riesgos y temores y los placeres del bajo abdomen volvieron a complicarse ya hasta límites estremecedores. Tal vez el castigo por jugar al escondite con el Sexto Mandamiento se redobló con la amenaza de precipitación de una muerte que todos procuramos retrasar hasta que nos embargan la vida. Sea como sea, la realidad es que el condón continuo haciéndose imprescindible en las mesillas de noche.

Un incordio renovado que, como nunca hay mal que por bien no venga – o ¿es al revés? – ni nadie que no se beneficie de los problemas ajenos, ayudó a prosperar a la industria del ramo y a generar negocios millonarios. Negocios con futuro como demuestran la experiencia y la realidad. Las venéreas tradicionales se mitigaron, el sida asusta menos, pero ahí tenemos ya, amenazando nuestros éxtasis amorosos, el zika. No me pregunten porque no sé muy bien de qué va el zika, lo único que me ha llegado es que, por si acaso, nada de quemar condones sin estrenar.

Más información